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Medio: El Universal

Especialista: Mtro. Alejandro Enriquez

Tema: Educación más humanista

 

  • La enseñanza de conceptos cívicos y éticos será parte del nuevo enfoque del sistema educativo. ¿Por qué es importante?
  • ¿Para qué estudiar Civismo?
  • La reciente reforma educativa retomará este tipo de enseñanza. ¿Por qué es importante que los niños aprendan estas disciplinas?

El Gobierno Federal se fijó el objetivo de integrar nuevamente la educación cívica y ética en los programas escolares de los primeros años de la educación primaria Al respecto, hace unas semanas, el presidente Andrés Manuel. López Obrador señaló que la reintegración de esta educación tiene como propósito establecer de nuevo al humanismo como eje de todas nuestras actividades.

“El civismo va a regresar a la educación pública. Tenemos que regresar a una educación en la que el tronco común tenga que ver con el humanismo y que de ahí SE desprenda todo. Que podamos desarrollar las ciencias, que hace falta, pero tener como base lo social, nuestra historia y el humanismo”, señaló el presidente de la República.

Con lo anterior, se plantea que el ofrecer educación cívica a los niños desde edades tempranas es parte fundamental de su desarrollo, no solo personal sino también como sujetos que forman parte de la sociedad, haciendo énfasis en las múltiples normas de convivencia en las diversas comunidades del país.

“Esta educación es muy importante ya que en los primeros seis arios de vida se forma la base de la moral. Es una etapa en donde se construyen las reglas y, fundamentalmente, podemos formar a un individuo con un comportamiento social adecuado”, comentó la doctora Nancy Picazo, Coordinadora Académica del Doctorado en Liderazgo y Dirección de Instituciones Educativas de la Universidad Anáhuac.

“Sí es importante que haya modelos de educación cívica y democrática en las escuelas. El asunto es cómo lo hacemos pues se formaron generaciones que hoy no pueden definir qué es ciudadanía”, señaló la maestra Marlene Romo Ramos, Coordinadora del Colegio de Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de Mueco (UNAM).

¿la educación cívica debe volver? Que exista un enfoque social y humanista en la educación básica hará que las personas entiendan más los temas de participación ciudadana, tal como lo menciona la maestra Romo Ramos: “es necesario que vuelva siempre y cuando se entienda qué tipo de ciudadanos se quieren formar, a qué noción de democracia estamos apelando y qué tipo de escueza queremos construir. No se trata de impartir asignaturas que están en profunda contradicción con la vida escolar cuando ésta es carente, marginada, antidemocrática y contradictoria”.

Sin embargo, las implicaciones de la falta de esta asignatura en los programas educativos pueden ir más allá de los aspectos cívicos que competen a la participación ciudadana, tocando la barrera de lo-3 valores fundamentales como el respeto. “Ahora hay mucha violencia. La mayoría de la gente ya no trata de ser un buen ciudadano sino de desarrollarse a sí mismo o busca proteger solo a sus más cercanos y cuidar de sus bienes materiales, mientras que aquellos que no los tienen o no pueden acceder a estos pues, en algunas ocasiones. buscan arrebatarlos.

Estamos en un preocupante proceso de descomposición social”, afinó la académica de la Universidad Anáhuac.

Y agregó que algunas de las bases de la educación cívica son las habilidades emocionales, como el autoconocimiento y el aprender a respetarse a sí mismo para respetar a los demás. “Hoy vivimos en una sociedad donde algunos jóvenes no tienen capacidad de autorregulación No tienen paciencia en un ambiente que ligeramente les incomoda y mejor se van. Ya no hay conciencia del amor al otro. Se provocó una especie de analfabetismo cívico. Puede que por eso ahora veamos también tantas agresiones a mujeres. Haber quitado civismo contribuye, mas no es la causa principal, a la descomposición de nuestra sociedad en una totalmente narcisista”.

Educación humanista para la nueva

“Creo que la educación cívica debe darse de otro modo, ofrecerla como asignatura no siempre es la mejor respuesta. En mi opinión, los maestros de todas las asignaturas deben formar sobre valor, enseñar a los niños a ser respetuosos y mostrarles a través de su propia conducta a ser solidarios. Definitivamente la alternativa de ponerlo cono materia ro es la respuesta. Es como si quisiéramos poner a la creatividad cono asignatura, misma que también es importante, pero de esa manera no se resuelve”, señaló el maestro Alejandro Enríquez. director de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle.

El hecho de que la ética y el civismo vuelvan a las escuelas puede significar una gran oportunidad para replantear los contenidos que esta materia debería integrar para formar a ciudadanos que puedan vivir de manera adecuada en el país que se está construyendo.

En ese sentido, el tipo de prácticas y enseñanzas de vida cívica que se le acerquen a los niños podrían, por ejemplo, ser planificados de acuerdo a la zona donde se encuentren las escuelas pues, aunque el sistema educativo puede abarcar sin problemas todo el país, hay zonas que cuentan con elementos sociales muy distintos y, en algunos casos, se podrían generar conflictos entre lo que se aprende y lo que se vive.

“No es lo mismo enseñar en una comunidad oaxaqueña de la zona Mixe que en una zona de Tamaulipas. Sí debe ser diferenciada la manera en que abordamos la ciudadanía, la democracia y la legalidad en diferentes regiones, como en el caso de las poblaciones indígenas donde hay legalidades colectivas que son muy diferentes en los espacios urbanos”, añadió Ramos.

Junto, a esto, la manera de abordar los aprendizajes y conocimientos de los contenidos es bastante importante, pues el modo de enseñar puede influir directamente en cómo los niños comprenden y llevan a cabo los comportamientos adecuados. “Si lo hacemos bajo un modo de competencias podríamos mejorar. Deberíamos establecer competencias que sean aplicables en todos lados, como el trabajo en equipo, la convivencia o el liderazgo. Estas son competencias transversales que dan valor al desarrollo integral de un sujeto”, dijo Picazo.

¿Asignatura o modelo educativo? A lo largo del tiempo, la educación cívica ha sido planeada e impartida como una asignatura más, con una evaluación y progreso similares al de otras materias. Sin embargo, puede que esta perspectiva no sea tan funcional y sea necesario replantearse la manera de enseñarla.

“El civismo comparte muchos aspectos en los que se sostiene la educación misma, los llamados cuatro pilares: aprender a ser, aprender a hacer, aprender a vivir y aprender a conocer; por lo que verlo como materia ya no es del todo pertinente”, comentó Nancy Picazo.

Añadió que este modelo es también un error que se comete, por ejemplo, con la educación del medio ambiente. “Si la pensamos como materia, la van a odiar. Puede que actividades como pintar un árbol, hacer una campaña contra el desperdicio o hacer carteles, las hagan, pero luego de la escuela no van a cambiar”, agregó la docente de la Universidad Anáhuac quien plantea que este tipo de aprendizajes debe ser impartido junto a motivaciones emocionales para generar un efecto positivo en los niños.

Además, no solo basta con enseñarles los valores y principios sociales durante las clases; las acciones y actitudes que ejercen profesores, directores y personal de las escuelas son pieza fundamental para que los niños realmente logren identificar las prácticas adecuadas y empiecen a practicarlas. Así lo explica Ramos: “si voy a enseñar sobre legalidad y el director claramente está favoreciendo a la hija de alguna persona porque es la que tiene dinero y le está pasando sus materias cuando la chica tiene muchos problemas, aunque el libro o la clase nos hable de legalidad, estamos mintiendo, y los niños lo saben. Cuando tenemos que construir ciudadanía e igualdad y un profesor dice ”a ver tú, el gordito”, ¿qué tipo de violencia es esa? Si se maneja de esta manera, ninguna asignatura va a ser realmente útil”.

La integración de conductas y de prácticas cívicas es un modo de enseñanza que efectivamente no debería encerrarse tan solo en una materia, más bien debe adoptarse como un nuevo enfoque de los modelos educativos de las escuelas, que integren así el buen ejemplo en todas las materias y actividades.

“Dentro de la propuesta de traer de vuelta la educación cívica se tiene la intención de impulsar también materias artísticas, la música y el deporte. Me parece que el enfoque cívico tiene que cruzar a todas estas materias y ser parte de todos los grupos. Por ejemplo, en la educación física es importante enseñar disciplina y la tolerancia El deporte implica reglas y estas también son formativas del respeto. También es necesario reforzar y capacitar a los profesores. El objetivo es que las escuelas sean espacios virtuosos e incluyentes”, finalizó Alejandro Enríquez, académico de la Universidad La Salle.

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