Medio: El Economista

Especialista: Dr. Bernardino Esparza Martínez, FD

Tema: El aspirante ahora debe persuadir

Dr. Bernardino Esparza Martínez

PARA QUE José Antonio Meade tenga una candidatura existosa es fundamental que muestre convincentemente su estrategia de capacidad y honestidad en el servicio púbico. Al menos, le ha funcionado en los 20 años en su desempeño como servidor público. No obstante, su fortaleza en la función pública no será la misma en precampaña que en la campaña como candidato.

Meade es un simpatizante del PRl, no es militante ni está afiliado a ese partido. Sin embargo, el éxito de su triunfo en ambas campañas depende de dos tipos de estrategias. En la precampaña, tendrá que mostrarles a los priístas que, al postularlo la oligarquía del partido, su convicción ideológica es plenamente por el PRl. En concreto, que se encuentra convencido de defender postulados, programa de acción, principios y estatutos.

La campaña para su aceptación social, además de su capacidad en el buen desempeño de la función pública, será abierta frente a todos los sectores de la sociedad, que mostrando esta fortaleza no le bastará, para ganar la campaña, ya que sus opositores exhibirán sus debilidades como persona y como candidato a un cargo de elección.

El estigma de su imagen no es su afable calidad como servidor público, sino la imagen del mismo partido que lo lanza como su candidato. En su campaña mostrará y convencerá al electorado de que sí está seguro de su candidatura priista, pero que también acatará y defenderá por lo menos uno de los principios que proclaman los priístas en sus documentos básicos: el “Estado Social y Democrático de Derecho”. El éxito de esta campaña es el tipo de comunicación política persuasiva que utilice para convencer al electorado: que no cree más en el PRl y al cual no le interesa la política ni sus políticos. Las promesas que el candidato Meade oferte a la población durante su campaña estarán sujetas a la eficiencia y eficacia de la capacidad en cumplir con ellas. No depende exclusivamente de Meade.

La seguridad pública es uno de los temas y problemas que causan dolor a la población y serán una demanda de la población que tendrá el candidato que responder de manera pronta y expedita. Pero Meade no es un especialista en ello, así que, quien sea el encargado de encauzar la solución a estos temas será un experto en la materia, que más tarde será el titular y responsable de ejecutar y solucionar la problemática de la inseguridad en la nueva administración.

El perfil de Meade respecto a su capacidad y honestidad en el servicio público como candidato del PRl no es suficiente para ganar la elección presidencial. Vencer al enemigo requiere primero que Meade esté convencido que es un verdadero prüsta, es decir, por la ideología del mismo partido que propugna, y porque es su candidato.

Meade no es un candidato fuerte, si bien es cierto que su fortaleza es por el efectivo desempeño en el servicio público, también es cierto que es la primera vez que se muestra al público como candidato a un cargo de elección popular, donde enfrentará, por lo menos, tres circunstancias a vencer: el escrutinio de sus opositores al mancillar su imagen; el escrutinio de credibilidad de los electores que no han votado por el PRl, y el escrutinio de los electores que tienen duda de continuar confiando en este partido.

Si quiere ser un candidato fuerte y ganar la elección presidencial y la mayoría de sus candidatos a las cámaras de diputados y senadores, entonces dependerá de la forma en que promocione el voto, y del tipo de comunicación pública que implemente para convencer al electorado de que él y su partido son los buenos. Esto es sin más, en prüicipio, una parte de la estrategia poütica a utilizar en esta campaña.

Sin duda Meade es un buen candidato, por su función pública, y porque al menos en su predestape de hace unos días, reflejó el beneplácito al interior del PRl. La expec tativa está en construir la imagen de ser un candidato confiable a la Presidencia, ganar la elección, y no defraudar su imagen de servidor público eficiente y eficaz como Presidente, pero esto no será suficiente, lo será en la solución pronta y expedita a los problemas que la sociedad reclama.

* Especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle