Comenzamos 2018, un año que reviste una importancia particular en el ámbito político y en el futuro de nuestro país, sin duda un reto más que se nos presenta más allá de los límites de nuestra Casa de Estudios. Es conveniente recordar la responsabilidad que tenemos todos los mexicanos para decidir el futuro que queremos y el País que queremos formar para las siguientes generaciones. No basta con estar más o menos bien ahora, se trata de poner los cimientos para que los niños y quienes aún no nacen vivan mejores oportunidades que las que la vida nos ha ofrecido a nosotros, se trata de hacer conciencia de la necesidad que tenemos de trabajar juntos y bien gobernados para hacer posible el México de nuestros sueños.
De igual manera, deseo que el año que iniciamos esté colmado de paz y bienestar, pero no solo de la paz que es ausencia de un movimiento armando, sino que me refiero a la paz que significa estar bien con nosotros mismos, satisfechos con lo que somos y con lo que hacemos; estar bien con quienes nos rodean, aceptando que el otro es diferente y siempre será un buen complemento a mi forma de pensar y de actuar; y estar bien con Dios, dador de todos los bienes, aceptando, como venido de Él, todo lo que la vida nos depara, sabiendo que siempre será para nuestro propio bien y crecimiento aunque de momento no lo percibamos de esa manera.
Estamos ante un año muy bueno para todos, iniciemos con mucho ánimo y una gran esperanza, sabiendo que Dios nunca nos va a desamparar.
INDIVISA MANENT
Dr. Enrique González Álvarez, fsc.
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