Por Norma Soto Castañeda

En el último decenio del Siglo XX comenzaron a gestarse grandes cambios  en lo económico, lo político, lo social, lo cultural, lo ideológico, lo tecnológico e inclusive en  lo ecológico, de ahí que hemos venido viendo y viviendo transformaciones inusitadas que más que generar asombro son  consecuencia de la ola de eventos que van conformando el presente siglo.

Planear y dirigir un país no es una tarea fácil porque conlleva muchas responsabilidades por las repercusiones que tendrá no sólo en el ámbito nacional sino internacional, consecuentemente con ello tratan de armonizar con cada orientación económica.

Lo relevante en cada cambio de dirección política es la orientación económica  e internacional que se le dará a su país, en el caso de Cuba, Fidel Castro, después de la revolución cubana, delineó las directrices que le dieron funcionalidad al país caribeño durante muchos años, proceso que continuaría su hermano Raúl que, aunque tiene los mismos ideales de su hermano Fidel, la orientación económica fue muy criticada por su lema “Sin prisa pero sin pausa”, el cual provocó aceptaciones y descontentos entre los habitantes.

La presente transición política de Cuba no es un escenario improvisado, sino que se estaba preparando  desde hace tiempo. El actual presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel tiene una importante trayectoria en el Partido Comunista Cubano; en la administración pública se desempeñó en la década de los noventa en la organización comunista en Villa Clara y Holguín, dos de las provincias más improtantes del país, continuó su trayectoria en 2009 siendo designado  Ministro de Educación Superior, y en  La Habana se desempeñó como  vicepresidente del Gobierno cubano, al frente de las áreas de educación, ciencia, cultura y deporte. Posteriormente, en 2013, ascendió a vicepresidente primero del Ejecutivo nacional.

Cabe mencionar que Raúl Castro seguirá con su cargo de jefe de las Fuerzas Armadas cubanas que controlan gran parte de la economía cubana, incluidos hoteles, puertos deportivos y aerolíneas. Miguel Díaz-Canel se convierte en presidente del Consejo de Estado y Consejo de Ministros de Cuba.

En virtud  de lo anterior, Miguel Díaz-Canel  enfrentará grandes desafíos para su administración por el peso histórico que ha caracterizado a la isla y  la nueva orientación económica que proponga, que no implica por ende una ruptura con el sistema pasado sino crear cambios paulatinos que beneficien a la economía cubana, además del camino que le dé a la política monetaria, las telecomunicaciones y su relación con Estados Unidos.