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  • A ti, que no ves salida del final de semestre, no desistas, ya vienen vacaciones.         

El final de semestre llegó y trajo consigo estrés a tu vida y a la de todos los lasallistas con miles de trabajos por entregar; por más que te falten un par de semestres para salir, esta época le pega todo el mundo. Si lo único que ves venir de diciembre es el frío, te digo: ¡no desistas, ya vienen las vacaciones!

Recuerda que no todo es malo, pues el esfuerzo trae consigo una gran recompensa: das un paso más en tu programa estudiantil. Y por si eso fuera poco, ya viene Navidad. Mientras llega esa rica cena con ponche, pavo y tu tío, el que siempre tira el árbol, te dejamos una guía para identificar el final de semestre y así no te agarre por sorpresa.

Sabes que el final de semestre ya está aquí cuando…

Por todos lados hay gente dormida

Las entregas y exámenes por montón se traducen en pocas horas de sueño y a veces ni eso. Notarás los sillones de la biblioteca llenos de gente descansando, aunque sea por lo menos diez minutos, para tener fuerzas en su próxima presentación.

Como estos lugares no son para todos los lasallistas, es común ver bancas, sillas, mesas y hasta estratégicos pedazos de suelo llenos de estudiantes cabeceando o roncando. Mantén los ojos abiertos, podrías tropezar con alguien que accidentalmente se quedó dormido a la mitad de la Universidad.

La tensión aumenta dramáticamente en el salón de clases

No es que todos se odien, ni que de la nada tu salón entero se convirtiera en un extraño lugar lleno de ermitaños; pero como dijimos antes, el final de semestre siempre viene de la mano con cansancio y estrés.

Esto provoca que las personas se vuelvan un poco más intolerantes ante cualquier tipo de problema, por lo tanto, es normal que el número de desacuerdos que hay en tu grupo aumente considerablemente, y que estos desemboquen en discusiones más acaloradas de lo que deberían.

Seguro que tú mismo has notado que cada final de semestre te vuelves más gruñón o gruñona de lo habitual. Lo importante de todo esto es entender que la culpa de todo la tiene el final de semestre, y no una persona en particular, por lo que no te deberías tomar los conflictos que surjan dentro del salón de clases o con tus amigos tan personal (al menos en este punto específico del semestre).

Lee también: Extensión de horario de biblioteca por exámenes finales

Por los pasillos se repite el mantra ya casi se acaba el semestre

Con más entregas que tiempo para trabajar en ellas, y con la promesa de que al final de esos proyectos aguarda la dulce recompensa de dos meses de descanso, es normal que todo el mundo esté contando los días que quedan hasta la llegada de ese dulce, ansiado e indispensable premio.

Sin embargo, la cosa se vuelve ligeramente contraproducente cuando te das cuenta que recordar constantemente los días que faltan hasta que el semestre concluya hace que el tiempo pase más lento de lo habitual, lo que a su vez provoca que tengas que repetirte cada vez más seguido que el merecido punto final ya casi llega, generando así un peculiar círculo vicioso.

Por lo tanto, sin que nadie se lo proponga, y sin que nadie lo pueda evitar, la frase ya casi se acaba el semestre termina por estar flotando en el ambiente constantemente, y presente en casi toda conversación.

El final de semestre es la mejor época de ventas de café 

 

Café en la mañana para no quedarte dormido en la primera clase. También a mediodía para atravesar sin problemas las clases de la tarde. Café a media tarde para no quedarte dormido en el camión de vuelta a casa. Y toneladas de café en la noche para terminar el proyecto que se entrega al día siguiente y que vale al menos la mitad de tu calificación.

No cabe duda que el café es un indiscutible aliado del estudiante estresado del final del semestre, sin embargo, este colega afectará ligeramente (o considerablemente) tu economía personal, y también la de tu lugar favorito para comprar tu latte mañanero –sólo que ambas en un sentido opuesto.

Lo importante es que al final del día el café es delicioso y bastante útil cuando tienes que utilizar tus noches para terminar cientos de trabajos (y no para dormir), y por eso es genial que cerca de la escuela hayan tantos lugares en los que puedes conseguir la mejor taza de café a un precio justo.

Internet se llena de memes sobre salvar el semestre

A ti, que lo único que ves venir de diciembre es el frío, no desistas, ya vienen las vacaciones. Solo falta el triste final de semestre.

Internet es el lugar en el que todo el mundo tiene algo que decir respecto a casi cualquier tema, y en esta época del año, las grandes plataformas se llenan de cientos de comentarios respecto al final de semestre y todo lo que este implica. Estas bromas de humor a veces blanco, a veces negro, y a veces sencillamente picante son la forma en que los universitarios descargan parte de su cansancio y de su estrés y lo convierten en algo más ameno que los ayuda a darle una perspectiva distinta a los exámenes interminables, proyectos que siguen cayendo de a montones y constante riesgo de tener un colapso nervioso. Por otra parte, esta clase de contenido también es la manera ideal que los universitarios tienen para hacerle saber al resto del mundo la tortuosa situación que están atravesando.

Tu vida social se convierte en un recuerdo lejano

Una de las cosas más dramáticas del final de semestre es que tú no eres el único que está hasta el cuello con trabajos, exámenes y entregas, lo más seguro es que todos tus amigos se encuentran en la misma situación desesperada que tú, por lo que los momentos en los que de verdad puedes estar con ellos y hablar de algo que no sean entregas o proyectos que deben terminar se ven reducidos a un espacio muy limitado; ni hablar de cualquier cosa que se relacione en lo más mínimo a salir.

Lo único bueno dentro de todo esto es que los planes respecto a lo que harán en cuanto acabe el semestre surgen por montones en las escasas oportunidades que tienes para platicar con ellos, y en definitiva, en cuanto terminen la clases, a todos les caerá súper bien ponerse al día respecto a todo lo que sucedió mientras el trabajo se los comía a todos vivos.

Es cierto que el final de semestre puede ser un trago muy amargo que atravesar en cada curso, especialmente cuando sientes que tienes tantas entregas que no podrás terminarlas, ni aunque te dediques a ellas en cuerpo y alma sin descanso alguno; pero lo que debes recordar es que –de alguna manera que aún nadie ha logrado comprender– la cosas siempre salen bien, y el final de semestre, por más complicado y cansado que sea, es el último estirón de esfuerzo que debes dar antes de disfrutar de los frutos de tu trabajo. Así que identifica sus señales y no dejes que te tome por sorpresa.

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