- Tal vez ya te urgían las vacaciones, pero llegrá un punto en que extrañes a La Salle. Eso sí, si eres egresado, la nostalgia será mayor.
Por la chica de Reims
El deseo más profundo, secreto y sincero de todo estudiante de universidad es completar sus estudios universitarios con la frente en alto: lanzar su birrete al aire, y no tener que preocuparse por la palabra examen nunca más en su vida. Sin embargo, una vez que el ansiado final de la carrera realmente se aproxima, es normal que los universitarios recuerden sus primeros semestres con nostalgia y alegría.
No te espantes. El propósito de este artículo no es ponerte triste o melancólico. Sencillamente queremos compartirte algunos de los pequeños detalles que vuelven a La Salle un lugar único sobre el resto de los centros de estudios y que, aunque, tal vez, en ocasiones se te escape notarlos, son los que hacen inigualable a tu experiencia universitaria.
Tanto si estás a punto de graduarte como si aún te faltan algunos años para ver tu título de licenciatura en tus manos, te compartimos el Top Ten de aquellas cosas que seguramente echarás de menos una vez que terminen tus estudios dentro de La Salle.
10 – Las agendas con cupones
Son de bolsillo, prácticas, útiles, y entre sus páginas guardan excelentes ofertas para toda clase de restaurantes, cines, y otros lugares geniales. Las agendas semestrales que la escuela ofrece son una de esas ventajas poco apreciadas que te da estudiar en La Salle.
Además, estas sensacionales libretas siempre vienen acompañadas de otros regalos sorpresa, que pueden ir desde plumas, marca textos y lápices, hasta pequeñas muestras de shampoo o incluso pasta de dientes.
9 – Área común
De acuerdo, tal vez las materias de área curricular común no siempre son el aspecto de la universidad preferido de ningún estudiante. Sin embargo, son un espacio ideal para conocer a personas de otras carreras y facultades, comprender sus puntos de vista, los problemas a los que se enfrentan en su día a día, y su opinión particular respecto a algunos de los temas que se tocan en clase; después de todo, cada disciplina observa la realidad de una forma distinta, así que diferentes perspectivas vuelven el panorama de la vida mucho más amplio y genial.
8 – La presión de inscribir área común
De nuevo, tener que entrar en fechas específicas al portal de La Salle para inscribir materias que tienen que ver muy poco con tu carrera no es lo más divertido del mundo, mucho menos cuando los días se te pasan y tienes que tomar intersemestrales para no atrasarte. No obstante, inscribir área común y todo lo que ello implica es una situación muy particular que define el espíritu de todo lasallista, así como su atención al calendario cada inicio de mayo y de noviembre.
El detalle aquí está en organizar bien tus tiempos para que la fecha de inscripción no se te vaya, poner tu alarma a las 9:00 am si tienes planeado registrar un intersemestral y recordar que, sin algo de riesgo, la vida no sería tan divertida.
7 – Los mares de prepos
Tal vez sean demasiados. Quizá en ocasiones sean un dolor de cabeza. Tal vez te dificultan la vida cuando más te urge entrar a una de las unidades. Pero al final del día hacen tu vida en la universidad mucho más interesante.
Puede que tener que ir contra la marea azul de los preparatorianos todos los días no sea exactamente la idea que tenías en mente cuando visualizabas el glamour de la vida universitaria. Por otro lado, las fricciones amistosas que suelen suceder con los miembros más jóvenes de la comunidad universitaria dan lugar a las mejores anécdotas, esas que seguramente recordarás con cariño cuando recuerdes tus días de estudiante.
6 – Las tortas de chilaquiles
Esta cuenta regresiva no podría dejar de mencionar un clásico de la vida lasallista que, en definitiva, es una de esas cosas que los egresados no dejan escapar tan fácilmente.
Los puestos de tortas de chilaquiles que rodean el Campus Condesa son un placer culinario característico de la universidad, disfrutado por muchos y olvidado por pocos. No sólo tiene que ver con su excelente sazón, sino que son la opción ideal para toda emergencia alimenticia, pues son baratas, deliciosas y de rápida preparación
Por ello, no es de sorprender que todo egresado recuerde con una amplia sonrisa los días en los que calmaban su hambre en el puesto de Charly o Doña Pelos –o incluso vuelvan a los rumbos de la escuela sólo para conseguir una.
5 – Y hablando de comida… La comida de la cafetería
Es rica, económica, sabrosa, y la consigues en un punto ideal de reunión para reunirte a estudiar, conversar, o simplemente relajarte con tus amigos. La cafetería con la que cuenta La Salle es un pequeño lujo que no te encuentras en todas las universidades –después de todo, no en cualquier parte hay limones siempre frescos a tu disposición– y en el que puedes conseguir comidas completas y deliciosas por un muy buen precio, además de opciones más saludables en el local de ensaladas, y hasta alternativas internacionales, como sushi.
4- Tener un Starbucks (y un Subway y un Ananá) en la comodidad de tu campus
Continuando con el tema alimenticio, otro de los aspectos que hacen a La Salle una de las universidades más geniales, y por tanto, difíciles de olvidar, son los locales pertenecientes a grandes cadenas y pequeños establecimientos independientes que encuentras en la escuela y sus alrededores.
Una de las mejores sensaciones en el mundo es saber que tienes a unos pasos de distancia, cientos de opciones para llenar el huequito que se creó mientras tomabas tu última clase. Las alternativas van desde subs de 15 ó 30 cm, un delicioso café de Starbucks o Roxbery, crepas, waffles y hasta limonada rosa.
Definitivamente, todas las posibles elecciones de comida son un excelente motivo de nostalgia para quienes egresan de la escuela.
3 – El día de la Comunidad
Nos acercamos al final de este Top Ten, y si algo podemos afirmar es que hay demasiadas cosas que los lasallistas echan de menos cuando llega el momento de su graduación. Una más de ellas es tener un día completo dedicado en su totalidad al orgullo de formar parte de la institución cuyo lema es indivisa manent.
Este día las clases duran menos, hay deliciosos foodtrucks por todos lados, y se organizan las actividades más divertidas para que la jornada sea genial. Además, es bien sabido que durante el día de la comunidad muchas amistades han terminado de afianzarse, relaciones han comenzado, y las mejores historias se han creado.
2 – A JeanRemy
Es una de las entidades más problemáticas de la escuela. En más de una ocasión, ha sacado a muchos de sus casillas. Desaparece cuando más lo necesitas, y sin embargo, es una de las personalidades más famosas y queridas de La Salle.
Para aquel despistado que no haya captado la descripción, nos referimos a JeanRemy, es decir, la red de Wi-fi interna de la universidad. Nombrada igual que el hermanito menor de San Juan Bautista, este sistema de internet le ha dado a más de uno dolor de cabeza por su propensión a fallar sin previo aviso, y en los momentos más inoportunos. A pesar de ello, JeanRemy es uno de esos detalles que distinguen a La Salle de cualquier otra experiencia educativa.
1 – Su habitual olor a chocolate
No son muchas las universidades capaces de presumir que un sutil pero persistente aroma a chocolate inunda el ambiente en puntos aleatorios del día. Es normal que, con todo el estrés y el trabajo diario, este pequeño detalle usualmente se pierda entre las actividades del día, pero no cabe duda que la tenue memoria de un débil pero delicioso olor a cacao acompañará por siempre tus recuerdos de tus días en la universidad.
¿Cuántas cosas se te habían ocurrido de las que mencionamos aquí? ¿Existe alguna que no hayamos comentado? Si eres egresado, compártenos que es lo que más echas de menos de La Salle, y si aún eres estudiante, dinos cuál es tu cosa favorita de la escuela que no te gustaría dejar atrás.
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