La filosofía se constituye como una disciplina fuera de lo convencional, más enfocada en hacerse preguntas que en responderlas, en ir en contra de los estándares establecidos para la época, y en concentrarse más en el pensamiento abstracto que en el práctico y concreto.
Por ello, los estudiosos de este campo del saber no podrían dejar de comprenderse como un grupo de personas alocadas, extravagantes y excéntricas con una respuesta adecuada para cada situación, lo que nos lleva a preguntarnos cómo sería la vida si algunos de los representantes más famosos de la filosofía fueran parte de nuestro alocado mundo contemporáneo, y cuál sería su forma de ganarse la vida.
A continuación, te presentamos algunas de las ideas que se nos ocurrieron sobre lo que harían algunos de estos individuos trascendentales en el tiempo.
Sócrates – influencer
No cabe duda. Sócrates fue una personalidad peculiar, incluso para su época. Jamás fue bueno para seguir órdenes, la forma en que compartía sus conocimientos era igual de estrafalaria que su forma de ser –por no decir polémica– y en más de una ocasión se le reclamaron sus métodos poco ortodoxos de enseñanza.
Si Sócrates fuera parte de nuestra peculiar sociedad contemporánea, seguramente sería todo un influencer. Su vlog semanal “Sócrates y el Oráculo”, sería increíblemente popular entre adolescentes y jóvenes adultos, no sólo por su humor sencillo y genuino, sino porque, entre broma y broma, tocaría temas reflexivos que harían a más de uno replantearse varios aspectos de su vida.
Sin embargo, el grado de autoridad que ganaría entre el público más joven lo convertiría en una figura polémica, pues todo aquel capaz de influir en la forma de pensar de los futuros adultos tiene algo peligroso en su ser. De cualquier forma, sus ideas fuera de lo convencional y su modo de relatarlas –capaz de enganchar a cualquiera– encantaría a su público a tal grado que poco importaría lo que el resto de la gente dijera sobre él.
De igual manera, sería una gran celebridad en Twitter, su muro estaría plagado de reflexiones diarias cómo “El conocimiento empieza en el asombro”, tendría cientos de seguidores, y cada cuando se vería inmerso en alguna pelea virtual con Licón, otra personalidad de las redes sociales, y su jurado enemigo.
Kant – Abogado
Emmanuel Kant fue una persona completamente apegada a sus valores, uno de los mayores exponentes del movimiento de Ilustración del siglo XVIII, y un firme creyente de que era posible crear un mundo nuevo si las suficientes personas se lo proponían; de hecho, sus aportes fueron una pieza fundamental para transformar la realidad en la que vivía, y para conformar el universo habitado por nosotros en la actualidad.
Una de las hazañas más importantes de este filósofo fue crear la ética kantiana, un modus Vivendi incondicional, necesario y absoluto para que el hombre llegue a una existencia verdaderamente racional. Teniendo esto en cuenta, no es difícil imaginarnos a Kant como una persona agradable pero obstinada, que sostiene que para llegar a la verdad existe un único camino.
Por eso, y en su búsqueda por crear una mejor realidad, posiblemente sería un exitoso, aunque extravagante, abogado. Defendería a sus clientes con pasión, día tras día perseguiría la causa de la verdadera justicia, y tendría –como parte de la jornada diaria– cientos de fricciones y peleas con fiscales, administrativos y otros abogados.
Su afán de hacer las cosas bien y sin rozar siquiera el área gris en donde se unen lo correcto y lo inmoral, lo dotarían de una impecable reputación y lo convertirían en el dolor de cabeza de muchos individuos con un sentido ético mucho más laxo; por lo que sería una figura admirada y poco popular al mismo tiempo.
Platón – Empresario fitness
Un hecho interesante y poco conocido de la historia de Platón es que el nombre con el que pasó a la historia en realidad era su apodo. Su verdadero nombre era Aristocles, pero todo el mundo le decía Platón por su espalda ancha, resultado de una ejercitación constante.
Teniendo esto en mente, no es difícil imaginarse a este pensador de la época clásica como un exitoso empresario de la era contemporánea, fanático de ir al gimnasio al menos una vez al día, afortunado con las chicas y, por supuesto, con el iPhone más nuevo siempre en el bolsillo. Después de todo, la imagen que uno proyecta es tan importante como la persona que se es en el interior.
Si Platón existiera en nuestros días, lo más seguro es que trabajaría en una exitosa compañía de Relaciones Públicas, tendría un excelente sueldo y un gran puesto. Sólo tendría un pequeño problema que lo haría quedarse despierto por las noches, pues no recibiría el crédito correspondiente por una gran parte de sus hazañas. Su jefe –la primera persona que le dio una oportunidad de trabajar en una gran empresa, y quien lo apoyó desde el inicio– sería quien se quedara gran parte de los elogios por su trabajo.
Nietzsche – Life coach
De todas las personalidades que retomamos en este apartado, Friedrich Nietzsche es, quizá, la más curiosa y polémica de todas. También conocido como uno de los maestros de la sospecha, sus contribuciones al campo de la filosofía fueron escandalosas pero llenas de sentido, un tanto incomprendidas, y llenas de sabiduría.
De acuerdo a sus postulados, para convertirse en su mejor versión, los individuos tienen que romper tajantemente con todo aquello que los ata a su “yo”, hasta que lleguen a ser nada. A partir de ahí, pueden reconstruirse a sí mismos y llevar su vida hasta su máxima expresión.
Radical como es su pensamiento, lo haría perfecto para ser un “Life Coach” fuera de lo común. Muchos estarían en desacuerdo con su polémica forma de trabajar con las personas, pero nadie podría negar que su método sería absolutamente efectivo. En su ensayo “Zaratustra y otros casos de éxito”, se vería la utilidad del nihilismo para encontrar el propósito en la vida de las personas.
Aristóteles – Consultor freelance
Las aportaciones de Aristóteles a la filosofía, política, retórica y decenas de disciplinas más, son tan trascendentales como increíbles, sin mencionar que fue el mentor del mismísimo Carlo Magno. Al final del día, la relevancia de sus enseñanzas fue tal, que toda nuestra concepción de la realidad actual es un poco aristotélica.
Aportó tantas cosas a tantas disciplinas diferentes, que en la actualidad elegiría una actividad profesional, sería consultor freelance. Su gusto por realizar cientos de cosas lo haría incapaz de sentarse todo el día en una oficina.
Por eso, después de muchos trabajos fallidos, tomaría la decisión de convertirse en su propia oficina portátil. Tendría una pequeña consultoría de empresas; le entraría al diseño, editaría videos ocasionalmente, tomaría fotografías; como hobby arreglaría gadgets descompuestos.
¿Cómo te imaginas tú que serían los grandes filósofos si vivieran en la actualidad? ¿Estás de acuerdo con las profesiones que presentamos? ¿Tienes alguna otra idea de lo que podrían hacer con su tiempo?
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