La Directora de FCQ comparte su visión acerca de lo que espera a los Profesionales con Valor.
La sociedad siempre ha reconocido la importancia de las profesiones científicas para el desarrollo de la humanidad, pero en esta crisis que nos ha recordado lo vulnerables que somos, hay una mayor sensibilización de la valiosa e indispensable labor de todos los profesionales de la salud y de la responsabilidad prioritaria que tienen los científicos en la resolución de las diferentes problemáticas.
Nuestros estudiantes y egresados se caracterizan por ser profesionales conscientes de que su formación disciplinar les posibilita el poder generar soluciones a diversas problemáticas relacionadas con el área de salud, ambiental e industrial del sector químico, pero el mayor compromiso que adquieren durante su formación es que sus aportaciones deben contribuir al bienestar de las personas y la mejora de su calidad de vida.
En el nuevo mundo post COVID-19 se necesita, más que nunca,
profesionales con una sólida formación,
con un íntegro compromiso y responsabilidad social.
Todos los programas de formación profesional en las diferentes áreas del conocimiento son valiosos para el desarrollo de nuestra sociedad ya que contribuyen a generar conocimiento, progreso y bienestar en un contexto multidisciplinario. Sin embargo, en el caso de las profesiones científicas y las relacionadas con el área de salud se resalta sus aportaciones inmediatas en el cuidado de la población y en el desarrollo tecnológico que se requiere para atender las problemáticas derivadas de esta crisis global.
La incorporación de las herramientas tecnológicas en los procesos de aprendizaje y la integración de aplicaciones virtuales que complementan los procesos formativos son aspectos que se implementarán de forma permanente en los programas de estudio, considerando además un fortalecimiento en el desarrollo de habilidades prácticas y en la metodología experimental que se debe de llevar a cabo de forma presencial.
En nuestra comunidad siempre se ha reconocido el valor de los procesos de aprendizaje compartidos, nuestros alumnos estudian y aprenden juntos en los espacios de clases y fuera de ellos. Desafortunadamente el distanciamiento social limitó los espacios de convivencia y de estudio fuera del aula. La lección a valorar es que crecemos y aprendemos a través de nuestra relación con los otros y el contacto presencial es indispensable para reconocernos y sensibilizarnos de nuestras emociones y sentimientos en toda su dimensión.
Q.F.B. Ana Belén Ogando Justo
Directora de la Facultad de Ciencias Químicas
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