Conoce las observaciones realizadas por un grupo de expertos de las mejores universidades del país.                                

Expertos en enseñanza médica de tres diferentes universidades en México, analizaron las necesidades de los estudiantes, derivadas de la adaptación ante la pandemia de COVID-19. Dos grandes puntos de convergencia de los especialistas fueron la necesidad de una dinámica distinta en los internados, y de repensar el modelo educativo enfocado en las competencias más allá del tiempo de duración.  

A este panel fue convocado el Dr. César Moreno Rey, Coordinador de Materias Clínicas en la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle. Durante su participación, el lasallista apuntó a que la clínica tiene que ser el centro de la educación y por ello se han buscado estrategias para aumentar los casos clínicos.

Compartió cómo incluso antes de la pandemia, la simulación era algo que se realizaba en La Salle de manera presencial; sin embargo, durante la pandemia, esta práctica avanzó hacia la simulación virtual. También destacó que cada caso presentado ante los futuros Profesionales con Valor, están enfocados en el desarrollo de habilidades y competencias. 

Este panel, organizado por el  Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, fue moderado por el Director de Enseñanza, el Dr. Carlos Sierra Fernández, quien también es egresado de la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle. Contó con la presencia de María Teresa Villanueva Gómez Crespo, de la Universidad Panamericana y de Alberto Lifshitz Guinzberg, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Los especialistas discutieron sobre el caso de ampliar el tiempo de rotaciones clínicas, pues habrá una generación de médicos pronta a ingresar al internado y que no tuvieron tiempo presencial en hospitales. Al respecto, el Dr. Moreno insistió que debería haber una supervisión adecuada e individual antes de evaluar una posible reforma al tiempo de preparación de los estudiantes.

“El 60% del tiempo destinado de la rotación en hospitales era para clases teóricas. El problema es el sistema estándar de producción de médicos donde el estudiante tiene poco margen de apertura a la creatividad. Debemos usar las tecnologías de información para que sea un complemento de actividades presenciales (…) hoy en día la educación es completamente diferente y mucho ha sido por necesidad, pero en el futuro será por conveniencia”.

En este sentido, la Dra. Villanueva apuntó a que “la rotación no te garantizaba un aprendizaje, pero está la sensación y preocupación (de los estudiantes) de que saben menos. En los internados será una nueva trayectoria para enfrentar el sentimiento de rezago”. Por su parte, el Dr. Lifshitz agregó que en ese sentido “la propuesta de extender la duración de la especialidad y considerar el aumento del tiempo de residencia depende de cómo están organizados los cursos al interior del centro formador”.

La comunicación y empatía son clave en la formación de los futuros médicos

Otro de los puntos abordados por el Dr. César Moreno fue la falta de comunicación personal ante la virtualidad y cómo ésta es trascendental en la formación de excelentes médicos con un enfoque humanista. “La comunicación no oficial se ha visto mermada. Creo que hay que acercarnos y preguntar otras cosas. Hay que ver cómo se viste el alumno no porque debe cumplir con los reglamentos sino para ver si hay algún problema y en el descanso o al final de clase escuchar un poco más. Tratar que esta comunicación cercana no se pierda”.

Para finalizar su participación destacó tres puntos clave: el primero, que “como formadores de médicos debemos sembrar esperanza en los estudiantes”; el segundo, hizo énfasis en la frase se aprende con el ejemplo, y “por eso regresar al ejercicio clínico es fundamental”; y finalmente que si se enseña con el corazón, el estudiante aprende.