Estudió Relaciones Internacionales en La Salle, pertenece al Servicio Exterior Mexicano y recientemente fue nombrado Vicecónsul en el Consulado de México en Seattle por un periodo de 4 años.
El Lic. Farid Alejandro Soberanis García nos comparte su experiencia como Profesional con Valor al servicio de los mexicanos en el extranjero.
Lealtad y compromiso
Éstas fueron las palabras que pronuncié para expresar lo que representa para mí pertenecer al Servicio Exterior Mexicano. Por supuesto una sola oración no era suficiente y hubiera podido agregar muchas otras: orgullo, pasión, satisfacción o incluso responsabilidad.
Hace poco, estaba en la CDMX y recordaba con mi mejor amigo de la preparatoria. En esa época bromeábamos sobre las fechorías que se podrían hacer siendo diplomático; teniendo las inmunidades de las que se especula cuando no se conoce del tema. Tuve la idea de ser diplomático desde muy joven. Bastó conocer brévemente la importancia de las RRII, para saber que representar a México no es un juego. Además conlleva una gran responsabilidad.
Me enamoré de las RRII
Nunca dudé de mi vocación; pero conocer la labor de protección y asistencia consular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, me enamoró. Aclaró el enfoque que daría a mi carrera. Afortunadamente, pude aprender mucho trabajando en la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior; me involucré en el seguimiento de casos de pensión alimenticia internacional. Posteriormente, tuve la fortuna de desarrollarme en el Consulado General mexicano en Boston; asumí diversas funciones como auxiliar en los departamentos de documentación, protección a mexicanos, asuntos comunitarios; encargado de asuntos jurídicos y consulados móviles, entre otros asuntos.
El trabajo que desempeñé en Consulmex, Boston fue extenso y diverso. Las labores oscilaban entre vinculación académica, protección a mexicanos, expedición de visas a extranjeros, ferias de salud, entre otras cosas. Orgullosamente puedo afirmar que nuestro país se encuentra a la vanguardia en muchos de los temas.
Un paso hacia adelante
Después de casi 3 años trabajando en Boston, decidí hacer el examen de ingreso al Servicio Exterior Mexicano (SEM). El proceso de selección fue sumamente complejo y más de mil participantes competimos para ocupar sólo 30 plazas de becario.
Definitivamente en este periodo de tiempo que incluyó exámenes, clases y un periodo de prácticas en la Secretaría de Relaciones Exteriores, mis compañeros y yo aprendimos mucho, poniendo a prueba la vocación de servicio de muchos de nosotros. Afortunadamente todos resultaron ser gente talentosa y con mucha pasión lo cual permitió que todos ingresáramos al Servicio Exterior con muy buenos resultados.
Actualmente llevo dos semanas en mi primera adscripción, acreditado como Vicecónsul encargado de la unidad sobre ruedas del Consulado de México en Seattle, cargo que desempeñaré durante los siguientes cuatro años. Esta unidad sobre ruedas se encarga de proporcionar los servicios consulares fuera de la oficina, en ciudades y poblados alejados a más de hora y media de la sede, y ubicados a lo largo de los estados de Washington y Alaska, donde sorprendentemente tenemos una presencia importante de población mexicana con características muy diversas.
Durante mi experiencia previa en Boston, los consulados móviles me permitieron conocer lugares inimaginables, desde las granjas lecheras en el estado de Vermont, hasta los pueblos más solitarios y pintorescos en Maine, sitios donde los mexicanos son piezas esenciales para el motor de la economía. El área que abarca el Consulado de México en Seattle cuenta con una mayor presencia de mexicanos, por lo que representará un verdadero reto la nueva labor que me ha sido encomendada.
Un cónsul es la persona autorizada por un Estado a proteger a sus ciudadanos en un país extranjero.
Un consulado se dedica a asistir a las personas del país de origen en un territorio extranjero a través de diversas funciones y actividades, por ejemplo: tramitación y legalización de documentos, entrega de poderes o certificados, renovación de pasaportes, defensa de sus ciudadanos y promoción turística, cultural y económica de la nación.
Me llena de orgullo poder apoyar a mis connacionales en Estados Unidos, labor que se ha tornado cada vez más complicada ante la coyuntura actual en ese país. La atención al migrante requiere de mucho tacto y paciencia, tanto hacia el connacional, como para las autoridades estadounidenses con las cuales debemos establecer un vínculo amable y respetuoso a fin de poder velar por los derechos de los mexicanos. A pesar de ello, además de estar lejos de la familia y de casa, no cambiaría la sensación tan gratificante de fungir como canal de apoyo para el mexicano en el exterior, donde la ayuda que se le brinda a una persona puede ser algo tan significativo que en ocasiones transforma totalmente la vida de familias enteras.
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