300 colaboradores de la Coordinación de taxis y autos particulares reflexionaron sobre la masculinidad tóxica.                                                      

Leonardo Jiménez Loza, docente de la Universidad La Salle, impartió el taller Deconstruyendo nuestra masculinidad tóxica, a alrededor de 300 líderes de la Coordinación de taxis y de autos particulares de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México.

Este taller inició en 2020, con motivo del primer Paro Nacional de Mujeres, docentes de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales diseñaron esta actividad para abordar las nuevas masculinidades. Actualmente es una de las actividades que conforman la Cruzada La Salle por la Equidad de Género, una iniciativa permanente de reflexión y acción para lograr la igualdad sustantiva en nuestra comunidad universitaria y la sociedad en general.

“Ante la necesidad de responder y ser solidarios con el movimiento desde nuestra trinchera, la docente Karen Díaz y yo diseñamos este taller de masculinidades y desde entonces lo hemos venido impartiendo cada 9 de marzo”, comentó el Mtro. Jiménez.

A través del taller, el expositor explica que la masculinidad es una construcción cultural y, dentro de ella, existe una que se define como hegemónica o tóxica que está centrada en el poder, en la fuerza, en lo biológico, en la violencia. Asimismo, es una invita a reconocer que existen otras formas de vivir la masculinidad que también son válidas.

“Llevamos siempre la reflexión hacia esta última parte, invitando a que los participantes del curso identifiquen qué rasgos de masculinidad hegemónica tienen, qué rasgos de su propia masculinidad tienen que no empatan con esa masculinidad y que se den cuenta de que son totalmente válidos. Un tema importante es el que tiene que ver con la expresión de las emociones, que para esta lógica de lo masculino, las emociones que dan reprimidas y son más asociadas hacia la parte femenina. Vamos trabajando ese tipo de cuestiones”.

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Por otra parte, el taller también aborda las violencias que genera la masculinidad tóxica, donde se sensibiliza a los participantes sobre los diferentes tipos de violencia de género que hay en el país, cuál es su prevalencia, cómo se encuentra dicha situación en la Ciudad de México, así como casos particulares.

“Hacemos un ejercicio para que identifiquen las violencias que generamos y las que recibimos en términos de género, ¿Cómo nos hace sentir, cómo respondemos a ello y cómo podemos deconstruirlo?”.

¿Cuáles son las principales conclusiones a las que llegaron los participantes de la SEMOVI? 

Reconocieron que existen otras formas más pacíficas de vivir la masculinidad; que lo violento no tiene por qué caracterizarnos como masculinos; el impuso al trabajo en equidad con sus compañeras; el hecho de empezar a relacionarse de otra forma, sin humillar a los demás, sin discriminarlos, sin desconocerlos; y empezaron a darse cuenta de que hablar de que lo femenino es lo peor, es masculinidad tóxica. Cuando logran identificar que hay que quitar ese tipo de expresiones, vemos que el taller ha tenido como éxito.

Actualmente los docentes se encuentran trabajando un tercer nivel para agregar al taller en el que abordarán la  diversidad sexual.