Javier López fue seleccionado para estudiar en el laboratorio de física más grande del mundo.                        

El lasallista, Javier López Espinosa, resultó uno de los 30 seleccionados para el programa educativo CERN-Solvay, de investigación en física de partículas en Ginebra, Suiza. El estudiante de la Escuela Preparatoria La Salle, tiene el propósito de ser parte del frente de la innovación en México y de inspirar a más jóvenes a encontrar su vocación y a seguir sus pasiones. 

Durante una semana, Javier escuchará conferencias y consejos de importantes especialistas en el laboratorio de física más grande del mundo, operado por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN por sus siglas en inglés). Aquí, buscará obtener mayor claridad para el desarrollo del proyecto que realiza en La Salle: un electroimán que desvíe las partículas del sol para proteger equipos y personas. “Es muy parecido a un proyecto que han hecho en el CERN, que es un detector de partículas en la estación espacial. Yo creo que si llevo un marco teórico desarrollado, nunca podría recibir un mejor consejo que el que me van a dar ahí”, dijo el originario de Durango.

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En la Preparatoria La Salle, el estudiante es parte de la selección de matemáticas, de un grupo de investigación de proyectos espaciales y de un círculo de lectura. “Esas actividades que en teoría no suenan muy bonito por quedarte en la escuela dos horas extras todos los días y aparte los sábados ponerte a investigar, cuando te apasionan y el hecho de que tengas acceso a ellas, estoy muy agradecido”.

¿Cuándo te diste cuenta de que querías explorar el camino de la física? 

“Es curioso, me acuerdo que era primero de secundaria, acababa de reprobar una materia, tenía promedio de 7.6, me iba muy mal, era un desastre… Estaba acostado en mi cama, con mi Nintendo Switch al lado (jugando Pokémon) y… me di cuenta: ‘esta es mi vida, este es mi cuerpo y aquí me voy a quedar un buen rato, ¿Qué es lo que quiero hacer?’ Entonces me empecé a arriesgar un poco (…) me puse a hacer tareas, a entregar las cosas y ahí me percaté de que eso era más productivo que Pokémon. Pasó el tiempo y cuando me di cuenta ya estaba alocadísimo por mis calificaciones. Se volvió un poquito tóxico cuando perdí las riendas, pero a lo largo del tiempo aprendí a tener una relación mucho más orgánica con el aprendizaje. Ese momento en el que yo estaba en mi cama fue vital para entender qué es lo que quiero hacer.

Muchas veces vivimos pasivamente, metemos lo mínimo necesario para subsistir, pero si nos arriesgamos a conocer algo que no sabemos si nos gusta, sea voleibol, muay thai o cualquier cosa, te vas a dar cuenta de que ese es tu llamado, hay que abrirnos a la oportunidad”, expresó. 

Para ingresar al programa de investigación, Javier redactó ocho ensayos cortos sobre sus motivaciones para ir al laboratorio del CERN: “Lo que más me importaba era explicar qué es lo que me iba a traer (…), comenté que me gustaría llevar el frente de la innovación a México, porque aquí tenemos un hervidero de potencial increíble y no hay mucho apoyo económico por parte del gobierno. Tenemos a Cristóbal García, el “chico partículas”; a Miguel Alcubierre (teórico)… muchísimo potencial y si puedo inspirar a alguien a ir a este tipo de campamentos y traer proyectos como el electroimán a México, creo que sería la mejor forma de compartirlo”, indicó el estudiante. 

“Me gustaría hacer que más personas en México, donde existe un hervidero de potencial pero no muy alumbrado, pudieran descubrir qué es lo que les gusta y que hicieran un cambio en el mundo”.

Javier, originario de Durango, busca convertirse en un físico de partículas y su sueño es trabajar en el laboratorio del CERN. Le apasiona dicha ciencia porque considera que “la física es el ladrillo fundamental de cómo entendemos el mundo” y también tiene una fascinación por la exploración, por lo que le gustaría ser parte de quienes descubran el gravitón, una partícula que explique la gravedad.

¿Cuál es el mayor aprendiza que esta experiencia te ha dejado hasta ahora?

“El submundo de oportunidades que existen. Este es uno de los síntomas de que hay muchísimos campamentos o concursos de matemáticas. Hasta hace dos años, yo no sabía que existían programas para irte a Suiza, como lo que voy a hacer yo, pero cuando empiezas a buscar realmente, te das cuenta de que lo que piensas que es un laguito, es un mar”.

A través de la formación de excelencia académica con enfoque humanista de la Universidad La Salle, el estudiantado tiene la capacidad de desarrollarse en todas sus dimensiones, de encontrar sus pasiones y poder .