- Una de las actividades más destacadas durante tu jornada de bienvenida es la redacción de tu carta a ti mismo.
¿Pensaste en el impacto que tendrá en ti cuando la vuelvas a leer?
Si recién comenzaste tu proyecto educativo en La Salle, es muy probable que la recuerdes; si estás en semestres más avanzados tal vez venga a tu memoria una o dos cosas; y si ya estás por concluir, seguro quieres recordarla sabiendo que pronto la tendrás de nuevo en tus manos.
Recuerda cuando la elaboraste, transpórtate a la jornada de bienvenida de tu generación. ¿Qué viene a tu mente? ¿Hay alguna persona desconocida que sería muy especial? ¿Recuerdas cómo se escuchó la primera porra al llegar a Casa Tetela? Es casi seguro pensar que estuvieron muy “aguados”, tranquilo, es normal al iniciar; pero qué diferencia con la porra de la foto en las letras ese mismo día.
¿Recuerdas la caminata a ciegas?
Hay una actividad en especial de la que quizá ya te olvidaste, pero fue vital para la escritura de tu carta a ti mismo, la caminata a ciegas. Cuando tenías los ojos vendados y seguías la cuerda que representaba tu tiempo en la universidad pudiste pasar de todo.
Decidiste ayudar o avanzar sólo; descubriste que no todos esquivan los obstáculos de la misma manera; si te soltaste del camino, descubriste que nadie vuelve al mismo sitio de donde salió; te quedaste solo rezagado y querías compañía; te aconsejaron que te soltaras, confiaste y no debías; entre escalones, árboles y postes, a veces el obstáculo fue ir en dirección contraria. ¿Escuchaste lo que te esperaba al final y te soltaste? Tú sabes bien en qué terminó y te consta que no estuvo tan mal.
Después de otros juegos en donde perdieron la pena entre compañeros y de leer las líneas de un egresado lasallista, entonces escribiste tu carta a ti mismo. Si plasmaste tus sueños y metas, al leerla de nuevo esperemos que estén todas cumplidas, si no, sabrás lo difícil que es realizarlas.
Al mirarla de nuevo reconocerás en ella a alguien joven que no tenía ni idea de lo que le esperaba. Es un símbolo de que maduraste, es una oportunidad de recordar, leer y conversar con la persona que eras. Para entonces una parte muy importante del proyecto educativo estará concluida, tus estudios universitarios.
Eso es lo que realmente significa: cambio.
Esa carta, oculta bajo el Reloj del Milenio, te vio pasar por los pasillos de la Universidad y fue testigo de todas tus transformaciones al interior de La Salle. Al leerla compararás el desarrollo de tu visión como nuevo miembro de la comunidad y tu perspectiva como un profesional con valor.
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