Lasallistas generarán espacios seguros de formación y de acompañamiento para la familia que espera en casa.                                                        

Un colectivo de madres buscadoras de personas desaparecidas visitó a la Universidad La Salle para compartir con la comunidad un espacio de escucha sobre el sentir y la situación por la que atraviesan, la importancia de difundir las fotos de las personas desaparecidas, así como consejos de autocuidado. Además, de este encuentro surgió una oportunidad de vinculación para que nuestro estudiantado apoye su labor: las y los lasallistas generarán clubes de apoyo con actividades de formación dirigidos a los hijos de estas mujeres, para que las y los menores permanezcan en un espacio seguro mientras sus madres dejan sus hogares para llevar a cabo su búsqueda.

Una de las madres buscadoras que acudieron a la visita fue María Herrera Magdaleno, quien colaboró en la conformación de una red nacional de colectivos de buscadores de personas. Con este propósito, convenció a algunas universidades para que les impartieran talleres sobre cómo buscar personas desaparecidas; organizó conferencias donde mujeres de todo México aprendían de antropólogos y expertos forenses cómo buscar señales de tierra removida que podrían apuntar a una tumba oculta y cómo identificar restos humanos. María Herrera, quién ha perdido a cuatro de sus hijos, fue reconocida en abril como una de las 100 mujeres más influyentes del 2023 por la revista TIME.

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Cada una de las siete asistentes miembros del colectivo compartieron, frente a un auditorio de 200 personas, su experiencia, su sentir, su resiliencia y cómo han afrontado la búsqueda de sus familiares desde el punto de vista personal, espiritual, psicológico e incluso laboral. Asimismo, resaltaron la importancia de la difusión de las fotografías de las personas desaparecidas y de las alertas Amber y extendieron a las y los jóvenes consejos de autocuidado para evitar situaciones similares a las suyas.

Algunas recomendaciones de autocuidado: 

• Perder el miedo a que en sus casas les llamen la atención por llegar tarde. Es preferible que sus padres, madres o tutores sepan dónde y con quién se encuentran y qué están haciendo a atravesar por una situación como la de la desaparición forzada.
• Enterar a sus padres, madres, tutores o amigos de con quién salen y con quién están conviviendo, pues existen diversos casos de desapariciones forzadas generadas por personas que no eran tan cercanas a la víctima.
• Compartir con una persona de mucha confianza las claves de acceso a las redes sociales. Si llegara a suscitarse un caso, las redes sociales personales pueden contener evidencias que ayuden a localizar a las personas.
• Generar códigos de apoyo, es decir, diseñar una serie códigos, expresiones, palabras o gestos clave, a través de los cuales, nuestras y nuestros amigos o las personas cercanas identifiquen que nos encontramos en peligro.