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  • En La Salle hay relatos que rayan en lo sobrenatural, ideales para ésta época del año.            .

Se aproxima Día de Muertos y en estos días, las leyendas e historias sobrenaturales están a la orden. No importa si eres escéptico o creyente, seguro conoces más de un relato sobrenatural y, como estudiante de La Salle, seguro ya escuchaste algunos entre sus pasillos. 

Hoy tenemos para ti tres escalofriantes anécdotas de la Facultad de Derecho y de la Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y Comunicación. Si tienes alguna otra, compártela con nosotros en los comentarios al final de la nota.

El niño de la antigua morgue – Salones de Posgrado

La primera anécdota le sucedió a un estudiante de Derecho en los salones de posgrado de Unidad Condesa, donde antes se alojaba la morgue de la entonces Escuela Mexicana de Medicina.

En realidad, en este lugar jamás había sucedido nada fuera de lo común, hasta cierta tarde de viernes, cuando la persona en cuestión esperaba a su profesor dentro de una de las aulas. Estaba solo y un poco aburrido, cuando un niño entró al salón y le pidió que jugara con él.

El estudiante le preguntó al pequeño su nombre, pero éste sólo insistió en querer jugar. El estudiante se levantó de su asiento y siguió al chico fuera del salón, solamente para encontrarse con un pasillo desierto. No importó cuántas veces lo llamó o la insistencia de su búsqueda, nadie apareció.

En La Salle hay relatos difíciles de explicar que rayan en lo sobrenatural y son ideales para ésta época de Día de Muertos.

Del otro lado del cubículo – Facultad de Derecho

Jorge creía escuchar a Víctor trabajar en su oficina… pero luego, el verdadero Víctor entró a la oficina.

Esta segunda historia sucedió hace algunos años, cuando el Mtro. Jorge Nader Kuri era el director de la Facultad. En ese entonces su oficina se ubicaba al fondo del pasillo, junto a la de Víctor Muñoz –quien ahora es el coordinador administrativo–. Ambos lugares se encontraban separados por un muro de cristal sobre el que generalmente se ponían calendarios, recados, mensajes o anotaciones de diversas índoles; lo que muchas veces provocaba que la visibilidad entre ambos cubículos fuera bastante limitada.

Cuenta el maestro que, una mañana, trabajando en su escritorio, escuchó cómo Víctor tecleaba con insistencia en su computadora. Si bien la cantidad excesiva de papeles en la pared le impedían verlo, era fácil deducir que estaba ahí por el inconfundible sonido del teclado.

Después de un rato, otra persona entró a la oficina. Jorge aprovechó el momento para saludarle, pero grande fue su sorpresa cuando vio al mismísimo Víctor Muñoz. Cuando el maestro le contó lo sucedido, Víctor explicó muy confundido que él acababa de llegar, era imposible haber tecleado todo ese tiempo. Entonces, ¿quién escribía en la computadora?

Helmut, el fantasma del Colegio Alemán – FAMADyC

Helmut fue un estudiante de la escuela que hoy se convirtió en FAMADyC. Ahora se aparece en fotografías y, a veces, se sienta frente a la coordinación. 

En el caso de FAMADyC, la presencia en sus pasillos dedicada a hacerle travesuras a estudiantes, maestros y administrativos es conocida como Helmut. Él, desde hace varios años, se convirtió en el fantasma “oficial” de la Facultad.

Según la investigación de un par de chicas lasallistas, su verdadero nombre era Guillermo y fue un estudiante del Colegio Alemán Alexander Von Humboldt, institución situada antiguamente en el mismo espacio que hoy ocupa FAMADyC.

En La Salle hay relatos difíciles de explicar que rayan en lo sobrenatural y son ideales para ésta época de Día de Muertos.

José Luís Ramírez, profesor de fotografía, cuenta que cuando aún daba clase de foto análoga en La Salle, Helmut siempre hacía de las suyas: se aparecía en las fotos que los estudiantes revelaban, además de que se colaba en el cuarto de revelado y hacía a los chicos creer que era el maestro, o les tocaba la espalda y desaparecía.

Pero la cosa no acaba ahí. Hay relatos de cómo le jaló los pies a un estudiante de comunicación junto a la sala multimedia. Además, deambula por los pasillos del edificio o se sienta frente a la coordinación.

De hecho, el Arquitecto Francisco Mendiola narra que una mañana, cuando llegaba a su lugar de trabajo, lo saludó creyendo que era un compañero más; cuando cayó en la cuenta de su error, Helmut ya se había esfumado.

El testimonio más curioso sobre esta enigmática presencia es la que también vivió el arquitecto, esta vez en compañía de su compañera Guadalupe Oropeza. Ellos recuerdan que una noche, tras concluir un par de maquetas, se dirigieron a los baños de Ingeniería. Mientras caminaban, se cruzaron con quien, creían, era un estudiante: alto, de cabello rubio y vestido de blanco. Lo saludaron mirándolo de reojo, pero un segundo después, cuando voltearon para saber quién era, ya había desaparecido. Ambos arquitectos quedaron atónitos y boquiabiertos.

¿Qué hay de ti? ¿Alguna vez te has encontrado con Helmut? ¿Piensas que es solamente una leyenda más de las muchas que existen en todo el mundo? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios! 

Lee también: Prepos o Universitarios: la eterna disputa en La Salle.

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Comments

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  • Diana Cortés

    Falta el fantasma de María Luisa, que se aparecía en lo que era la Casa de la cultura en Carlos B. Zetina.

    Responder
  • El otro día en el nuevo gimnasio del polideportivo, una amiga y yo estábamos haciendo pesas cuando una pesa pequeña de las que se encuentran recargadas en donde se colocan las mismas, se levantó en el aire y cayó en frente de nosotras, como si alguien la hubiera levantado y arrojado.

    Responder

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