Medio: Reporte Índigo
Especialista: Mtra. Norma Soto Castañeda / FN
Tema: “Las promesas de la guerra”
A 35 días de que comenzara la invasión de Rusia a Ucrania, los delegados de ambos países acordaron minimizar sus agresiones, en el caso del grupo ruso, y no pertenecer a la OTAN, de acuerdo con los representantes ucranianos; compromisos que aunque especialistas ven poco probables de cumplirse en su totalidad, podrían beneficiar a Volodimir Zelenski. Con paredes calcinadas y humo abarcando la zona, fue como ayer amaneció un mercado local en la ciudad de Chernígov, al norte de Ucrania. La agresión fue provocada por los militares rusos la madrugada del martes, a pesar de sus promesas de reducir sus ataques.
Fue el pasado martes 29 de marzo que Alexander Fomin, viceministro de Defensa de Rusia, se comprometió junto a los delegados ucranianos, en una reunión bilateral en Turquía, a minimizar “drásticamente” sus agresiones tanto en Chernígov como en Kiev.
Mientras que la parte rusa le apostó a esa promesa, los ucranianos aseguraron que su nación se convertiría en un Estado neutral al no tener bases militares extranjeras en su territorio, a cambio de garantías de seguridad, ni se integraría a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como así lo establecieron antes de la invasión. Pese a esas promesas, al cierre de esta edición la parte rusa no había puesto un alto al fuego en los territorios acordados, sino todo lo contrario.
Mientras que en Chernígov el gobernador Vyacheslav Chaus declaró a la BBC que las fuerzas rusas llevaron a cabo ataques durante toda la noche del martes y la mañana del miércoles, en Kiev se lanzaron cientos de proyectiles rusos, alcanzando casas, bibliotecas y otros sitios civiles.
Por otro lado, donde sí se redujo la presencia militar, fue en Chernobyl, al norte de la capital; un movimiento que, aunque fue mínimo, para el gobierno de Estados Unidos significó un reposicionamiento, no una separación.
“Si los rusos son realmente serios sobre rebajar la tensión, que es lo que están afirmando, deberían mandar a sus soldados a casa, y esto no es lo que estamos viendo”, dijo John Kirby, portavoz del Pentágono, tras detectar que sólo 20 por ciento de los militares rusos se habían retirado del norte de Ucrania. Ante este panorama, la maestra Norma Soto Castañeda, internacionalista y docente de la Universidad La Salle, opina en entrevista que es poco probable que las promesas tanto de Rusia como de Ucrania se cumplan en un 100 por ciento.
De acuerdo con ella, el gobierno ruso no podría retirar por completo a sus fuerzas armadas en Chernígov ni en Kiev, si la administración del presidente Volodimir Zelenski no confirma por escrito que su país no será parte de la Alianza Atlántica.
“Fueron promesas que no se pueden cumplir al 100 por ciento; entonces, ¿qué tendría que pasar?: Ucrania tendría que dejar por escrito, de manera estipulada, que no quiere ser parte de la OTAN, y en el caso de los rusos, que ellos disminuirán su armamento.
“Mientras el gobierno ucraniano no dé ese paso, Rusia va a seguir en el proceso de ataque e invasión, presionando hasta que se tome esa decisión”, comparte la maestra.
Para Rusia, el que Ucrania no sea miembro de la OTAN sería una garantía de seguridad nacional, pues no estaría rodeado de países militarmente armados y apoyados sobre todo por naciones como Estados Unidos, uno de sus mayores rivales en materia geopolítica.
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