Conoce la investigación presentada a la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos y su repercusión en la economía nacional.
Investigadores de la Universidad La Salle, a través del Observatorio Internacional de Salarios Dignos, hicieron la recomendación de aumentar entre 19 y 23% el salario mínimo para 2021, para llegar a un monto de entre 146.63 y 151.56 pesos.
La investigación realizada por un equipo multidisciplinario fue presentada ante la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) y apunta que los problemas económicos enfrentados por el país en el año se deben a la reducción de movilidad por la pandemia, por lo que “es recomendable seguir con la política salarial de recuperación y para 2021”.
Este trabajo se dio a conocer en la Revista internacional de salarios dignos, publicada por el investigador lasallista Carlos Alberto Jiménez Bandala, en colaboración con Luis Andrade, Diana Arellano, Ian Márquez, Alma Cossette Guadarrama, Jose Peralta, Enrique Sánchez y Edgar Matus.
Son necesarios los análisis económicos y sociales que contribuyan a la toma de decisiones de todos los actores involucrados, privilegiando ante todo el bienestar social.
La proyección del aumento al salario mínimo para 2021 en México contempla que no se afecten las variables inflación y empleo: “Durante los sexenios anteriores, el Estado mantuvo artificialmente los salarios por debajo del precio de mercado, así mientras el PIB per capita real aumentaba, los salarios reales disminuían. Este hecho posibilita que haya aumentos salariales sin que se desborde la inflación”.
De acuerdo con datos del Dr. Jiménez Bandala “en México, la Jornada Nacional de Sana Distancia (…) reflejó la contracción del 18.7% interanual del Producto Interno Bruto (PIB) (…) El resto de las variables macroeconómicas se mantuvieron estables, esto indica que la caída económica se debe a la paralización de las actividades por el confinamiento y no a una crisis económica en el sentido técnico. Lo anterior se comprueba con el 12% de crecimiento del tercer trimestre”, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Para contextualizar, nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, registró una contracción del 32%. La mayor caída registrada en la historia de las cuentas nacionales fue la que frenó el periodo de avance en materia laboral desde 2019; a pesar de esta caída económica, las políticas salariales actuales actuaron como fuerzas en resistencia para evitar el desplome de empleos.
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La investigación también señala que “el aumento al salario mínimo repercute directamente sólo al 15% de los trabajadores y aunque los aumentos extraordinarios también han beneficiado otros niveles salariales no se han reproducido en la misma magnitud, por lo que el nivel de precios sigue dentro de las metas inflacionarias”.
Cabe mencionar que en 2019 y 2020 las decisiones de aumento al salario mínimo “tuvieron repercusiones positivas en la caída de la pobreza laboral y redujeron la brecha salarial que se tenía desde 1976 (…) Después de 1976, los salarios comenzaron una caída libre en su poder de compra hasta reducirse a su tercera parte, hasta 2018 cuando se propuso la recuperación salarial”.
Proyectos de investigación como el Observatorio Internacional de Salarios Dignos, que monitorea la situación salarial en 34 países y que fue creado por investigadores de la Universidad La Salle y Jus Semper (en California, Estados Unidos), representan la visión lasallista de crear conocimiento: resolver problemas reales que beneficien a la sociedad.
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