Medio: Excelsior
Especialista: Dr. José Luis Akaki / FMM
Tema: “Mejor incinerar; especialista”
Los cadáveres de víctimas por COVID-19 aún pueden contagiar a otras personas a su alrededor si no se tiene un adecuado manejo, explicó a Excélsior el director médico del Hospital Ángeles Metropolitano y profesor de posgrado de la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle, José Luis Akaki.
“Se debe considerar que una persona que murió de esta enfermedad, potencialmente aún puede estar infectando a través de todas las secreciones de sus líquidos”, explicó el especialista.
A pesar de que alrededor del mundo se han desarrollado varios protocolos para la manipulación de cadáveres, como colocarlos en una bolsa sellada, el médico internista recomienda que lo mejor es evitar el ritual de la velación habitual y cremarlo de inmediato.
“En México estamos acostumbramos a velar toda la noche, es mejor que a la brevedad posible se entre a cremación y se les entreguen las cenizas a los familiares y, en todo caso, también las cenizas se pueden velar para tranquilidad de todos”, opinó.
Detalló que, a veces, aunque las bolsas mortuorias vayan totalmente selladas, no se sabe si las secreciones puedan derramarse y reposar sobre objetos que las demás personas tocan con las manos, sobre todo cuando se tiene conocimiento de que el virus se mantiene vivo en ambientes líquidos y húmedos.
Akaki señaló que la falta de evidencia científica sobre esta nueva cepa provoca muchas dudas, incluso, sobre si las fumigaciones son 100 por ciento efectivas.
“Se acostumbra fumigar el cuerpo o la bolsa hermética, pero nunca hay garantía (de que se mate el virus)”, analizó el experto.
“Con las temperaturas que alcanza una cremación el virus muere en segundos.
Ese método resulta el más eficaz para proteger a los deudos. No hay otro procedimiento como la cremación”, puntualizó Akaki.
“Con las temperaturas que alcanza una cremación el virus muere en segundos.
Ese método resulta el más eficaz para proteger a los deudos.”
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