“Hermanos: No se inquieten por nada;
más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios
en la oración y la súplica, llenos de gratitud.
Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia,
custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesus.”
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses
Estimada comunidad de la Universidad La Salle:
La oportunidad de integrar en este informe de gestión, datos de todas las actividades que se efectúan en nuestra querida Universidad La Salle, nos indica lo mucho que hacemos y los importantes logros alcanzados. Sin embargo, disponer de información también marca nuestra responsabilidad y la ineludible ocasión de mirar, lo que aún tenemos que trabajar para estar acorde con los signos de la exigencia que se nos ha confiado.
Mirar en las nuevas necesidades sociales estos signos, nos impele a reconvertir la manera de operar las funciones universitarias y, a repensar los contenidos educativos con los que formamos a nuestros estudiantes. Ya no es suficiente mirar hacia el futuro, ahora tenemos que estar en el futuro.
Ejercer nuestras capacidades y destrezas para innovar procesos de enseñanza–aprendizaje que, hasta hace pocos meses, los veíamos como tendencias ajenas a nuestra realidad. Hoy, estas tendencias son parte de la manera en que tenemos que actuar y, más aún, sabemos que solo es el principio y que, a partir de ahora la capacitación, el diálogo de contenidos, la discusión concluyente y la información de frontera, forman parte del quehacer diario de académicos y administrativos para llevar las funciones universitarias de docencia, investigación, extensión y administración, a los niveles que ahora se esperan de ellas y ante las revelaciones de atributos y defectos, que en muchos casos nos señalan que estamos ante nuevas oportunidades para la educación, pero otros más, tratan de convencernos que nos asomamos a los últimos tiempos de la educación como la conocemos.
En este sentido, la pedagogía lasallista ha tenido la capacidad de adaptarse a 300 años de historia y a etapas verdaderamente complicadas, y seguro estoy, de que en este momento con trabajo especializado y colaborativo, logrará adaptarse a las nuevas condiciones educativas de la sociedad actual.
A eso estamos llamados, y al igual que el Señor De La Salle y los primeros hermanos, sabremos responder a los signos de nuestro tiempo.
Querida comunidad lasallista, cuento con ustedes, su trabajo, su presencia y su cercanía. Renuevo mi vocación de servicio a la educación bajo el ejemplo y la inspiración de san Juan Bautista, quien orientará el sendero por caminar y el rumbo a seguir.
Pido a la Virgen María y a nuestro Padre Dios, nos acompañen en todo momento y nos ayuden a llevar a buen puerto esta que también es nuestra.
Indivisa Manent
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