Conoce el modelo matemático que le dio a Enrique Torres Esteva el tercer lugar del Premio Nacional de Tesis.
El lasallista Enrique Torres Esteva desarrolló el trabajo de tesis Modelo difuso para evaluar las acciones del Gobierno Corporativo de las empresas del Sector Telecomunicaciones en México, mismo que lo llevó a ganar el tercer lugar del Trigésimo Séptimo Premio Nacional de Tesis de Licenciatura y Posgrado 2022, en la zona siete (donde participan las principales universidades de la Ciudad de México y Zona Metropolitana), organizado por la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Contaduría y Administración (ANFECA). Su proyecto de tesis brinda herramientas, como una especie de recetario, para prevenir crisis financieras en las empresas de cualquier sector.
El estudiante del Doctorado en Administración de la Universidad La Salle, planteó que el Gobierno Corporativo de una empresa, encargado de gestionar de manera transparente y eficiente la operación, era sujeto de estudio en la construcción de la rentabilidad de las organizaciones, dadas las recientes crisis financieras. Con base en lo anterior, desarrolló un modelo para evaluar la influencia positiva o negativa del Gobierno Corporativo, asesorado por las Dras. María del Carmen Lozano y Ma. Enriqueta Mancilla, investigadoras de la Universidad La Salle.
“Es común que los estudios de investigación se fundamenten en modelos estadísticos; no obstante, dependen de muestras que pueden estar muy alejadas de la realidad y se basan en el cálculo de probabilidades a preguntas con respuestas concretas, como sí o un no, blanco o negro, frío o caliente. No hay matices”, señaló el Torres Esteva.
Es por esto que el Profesional con Valor propuso la lógica difusa, la cual “utiliza modelos matemáticos sencillos que permiten etiquetar intervalos entre cero y uno para definir estimaciones entre verdadero y falso, blanco y negro, frío y caliente. Su principal ventaja es que utiliza etiquetas o variables lingüísticas no numéricas, similares a la forma en cómo piensan los humanos, para emitir de manera simple un diagnóstico acertado”.
Es decir, la medición ahora adquiere ‘tintas medias’ al utilizar variables lingüísticas dadas a través de la regla sintáctica muy buena, buena, regular, mala y muy mala y un universo dentro del intervalo 0 y 100.
Torres Esteva utilizó 20 variables lingüísticas entre ellas: el número de miembros del Consejo de Administración, la representación de consejeros independientes, el número de consejeros independientes que integran el Comité de Auditoría, el número de sesiones realizadas por el Consejo de Administración durante el ejercicio, si existe o no un mecanismo para la prevención de operaciones ilícitas y de conflictos de interés, si la empresa cuenta con documentos que soportan las transacciones entre partes relacionadas, el tipo de dictamen y la medición de indicadores financieros de rentabilidad, entre otros. Dichas variables y su ponderación fueron construidas de acuerdo con las mejores prácticas corporativas emitidas por el Consejo Coordinador Empresarial en conjunto con la experiencia y el juicio profesional de seis expertos en Gobierno Corporativo y su cumplimiento.
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Algunos ingredientes en la receta para prevenir crisis financieras
Los resultados indicaron que las empresas que mostraron un Gobierno Corporativo sano y garantizaron informes contables confiables, fueron aquellas cuyo Consejo de Administración era amplio, imparcial e independiente; que tuvieron suficientes sesiones en el año para revisar sus resultados, monitorear sus operaciones y tomas decisiones alternas; que previnieron las operaciones ilícitas y no tuvieron conflictos de interés; que revisaron sus operaciones entre partes relacionadas para cumplir con el principio de libre competencia en materia de precios de transferencia; que tuvieron un dictamen con opinión limpia y que mostraron una rentabilidad positiva, entre otros atributos.
“El modelo permite identificar fallas en áreas administrativas y proporciona la facultad de convertir dichas debilidades en oportunidades de mejora. Visualizar que la ineficiencia en la supervisión del sistema de control tiene efectos negativos en las utilidades generadas, conduce a robustecer políticas y procesos para prevenir la quiebra. De manera sencilla permite minimizar escenarios que ponen en riesgo a las empresas y a la sociedad y ejemplifica el cumplimiento en la normatividad y en la regulación establecida”, profundizó el Profesional con Valor de la Universidad La Salle.
La aplicación de un modelo difuso simplifica la identificación de áreas de oportunidad en el comportamiento de las organizaciones, ejemplifica las mejoras y permite obtener una visualización rápida de amenazas para poder mejorar los procesos. También ayuda a detectar fallas de control interno para reforzar políticas y procedimientos, minimizar riesgos y prevenir nuevas crisis financieras.
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