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Esta es la historia del egresado de La Salle que hizo posible la misión de la NASA y SpaceX.                                

El ingeniero Fernando De La Peña Llaca, egresado de la Universidad La Salle, junto a su equipo en AEXA Aeroespacial, desarrolló la tecnología que hizo posible el entrenamiento de los astronautas en el histórico lanzamiento de la Crew Dragon a la Estación Espacial Internacional, misión conjunta de la NASA y SpaceX.

La tecnología utilizada por el mexicano lasallista, egresado de la entonces Escuela de Ingeniería (hoy Facultad de Ingeniería), y que es fundador y CEO de AEXA Aeroespacial, es conocida como holoportation. A grandes rasgos, combina la realidad mixta para unir dos lugares físicamente separados por medio de hologramas. Así, el mexicano fue protagonista del primer lanzamiento de astronautas a bordo de una nave espacial privada.

Fernando De La Peña Llaca, orgulloso lasallista.

¿Cómo funciona la holoportation con la que entrenan los astronautas?

Nuestro Profesional con Valor describe su tecnología como única debido a la suma de dos factores. El primero, que recrea objetos reales a la vista, y el segundo, que permite el movimiento de estos objetos a través de la manipulación de los hologramas.

En la práctica, es simple: los astronautas entrenaban en Texas y la réplica de la Estación Espacial Internacional se encontraba en Alabama; los astronautas movían hologramas y los objetos reales se movían a más de mil kilómetros de distancia. Gracias a esto, los tripulantes del Crew Dragon conocían a detalle la Estación Espacial antes siquiera de despegar.

Otras tecnologías que utilizan la realidad mixta únicamente logran una representación de objetos con avatares, que el cerebro no percibe como verdaderas. La holoportation del ingeniero lasallista, permite recrear de una manera tan aproximada, que se memoriza emulando una situación real; este entrenamiento ya ha salvado vidas en otras misiones en el espacio, donde los segundos son valiosos.

La suma de la realidad de los objetos con el movimiento a kilómetros es lo que hace única a la tecnología de Fernando, por el realismo que provee. “Si no lo haces, el cerebro en pánico no sabe actuar bien. El sentido de supervivencia no es el mismo en la Tierra que en el espacio porque el cerebro no está habituado todavía”.

Con el implemento de la holoportation, se calcula un considerable ahorro de tiempo y recursos durante la capacitación. El lasallista enfatiza que puede reducir “a seis meses el entrenamiento de un astronauta y también reducir el costo en un 30% porque hacer las maquetas (réplicas de la Estación Espacial Internacional) es muy caro”.

Hace casi 10 años, Fernando fue parte del último lanzamiento de la NASA previo al del Crew Dragon de SpaceX. En aquel entonces trabajaba en la agencia; hoy fue contratado por ella para este y otros proyectos. Tiene contratos con empresas como Lockheed Martin, quien llevará humanos a la Luna y a Marte, además de otros proyectos que revolucionarán el campo de la medicina, defensa nacional y energía.

La fraternidad lasallista dejando huella en el espacio

Fernando trabaja en AEXA Aeroespacial desarrollando tecnología de punta junto a Octavio Flores Correa, Guillermo Pérez Castilla y Mauricio Robles Navarrete, tres de sus compañeros de generación lasallistas. Ellos se conocieron en Campus La Salle, en Unidad Condesa, en los mismos salones donde se siguen educando lasallistas de excelencia académica y con visión humanista.

Como Fernando admite, gran parte de las metas alcanzadas hasta el momento se debe al trabajo en conjunto con sus compañeros y a los lazos tan fuertes que los unen desde sus años de formación. Además del acompañamiento de sus profesores, quienes él describe que con el tiempo se convierten en amigos, algunos de ellos todavía impartiendo clases en la Facultad de Ingeniería.

En 2001, tras dos años de egresar de Ingeniería Cibernética, presentó su tesis sobre un motor que se alimentara de energía antimateria. A pesar de las risas que entre otros estudiantes causaba, concluyó satisfactoriamente y no solo le dio el título y la patente a La Salle, sino que le abrió las puertas para trabajar en la NASA.

De izquierda a derecha, Mauricio Robles Navarrete, Guillermo Pérez Castilla, Alfonso Ríos-Herrera, docente de la Facultad de Ingeniería, Fernando De La Peña y Octavio Flores Correa.

Su vínculo con la universidad no termina aquí. En 2013, estudiantes lasallistas fueron parte de la primera generación de un programa de su empresa AEXA Aeroespacial, el cual se mantiene hasta la fecha y busca impulsar el talento joven. Como resultado de esta iniciativa, La Salle obtuvo un nanosatélite.

El orgulloso ingeniero lasallista trabaja codo a codo con la agencia espacial más importante del mundo. Es una muestra de que nuestros Profesionales con Valor no tienen límites y que su formación de excelencia elimina las barreras para alcanzar cualquier objetivo. 

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Comments

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  • No hay palabras para describir el orgullo por estas personas que no sé detienen,y siguen por conseguir sus sueños.

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  • Rene Flores

    Fue mi alumno en la carrera de Ingenieria Cibernetica, y orgullosopuedo decir que tengo su tesis dedicada y que disfruto del privilegio de su amistad. Felicidades Fer, siempre supe que lo lograrias.

    Responder

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