El que la Guardia Nacional (GN) sea retirada de forma gradual de las instalaciones del Metro muestra que su despliegue se trató más de una decisión política que de una estrategia de seguridad, aseguraron especialistas.

El martes, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, indicó que el número de elementos federales asignados a tareas de vigilancia de las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) se reduciría paulatinamente, pues aseguró que el robo de cableado había disminuido.

La GN había sido desplegada el 12 de enero, con el argumento de reducir hechos a los que Sheinbaum denominó fuera de lo normal. Días antes, el choque de dos trenes en la Línea 3 dejó una persona muerta y decenas lesionadas.

Lizbeth Padilla, especialista en derechos humanos, políticas públicas y administración pública de la UNAM, advirtió que el uso de la corporación de extracción militar fue implementado sin llevar a cabo ningún análisis ni estudio de sus implicaciones, y que tuvo como objetivo quitar presión al Gobierno capitalino sobre los siniestros que se registraban en el STC.

“La Guardia Nacional solamente fue una cortina de humo utilizada por el Gobierno en turno de la Ciudad de México para efecto de, por un lado, direccionar a otro lugar la mirada pública y por el otro lado, simplemente justificar algunos movimientos políticos”, consideró Padilla.

En tanto, Alejandro Martínez, especialista en seguridad nacional de la Universidad La Salle, enfatizó en que si se hubiera tratado de una estrategia bien definida, los elementos de la GN hubieran ido a talleres y zonas clave de operación del Metro y no a andenes y entradas.

“Es reflejo de una estrategia más de imagen que de una verdadera búsqueda de responsables en estos supuestos delitos”, apuntó.

Ambos expertos aseguraron que el Gobierno capitalino no logró justificar la afirmación de que los siniestros ocurridos en el Metro habían sido provocados de forma dolosa.

“Es una aseveración muy temeraria de parte de la Jefa de Gobierno en el aspecto de hablar de presuntos delitos de tal gravedad y hasta el momento no haber ninguna consignación efectiva”, dijo Martínez.

‘YA ERAN COSTUMBRE’

Para usuarios y comerciantes del Metro, la presencia de la Guardia se volvió parte de la normalidad.

Esther Flores, locataria de la estación Hidalgo en la Línea 3, aseguró que en las últimas semanas, los vagoneros habían sido contenidos, pues optaban por realizar sus transacciones sin llamar la atención.

“Nunca desaparecieron (los vagoneros), pero cuando llegaron los de la Guardia, ellos ya se tenían que cuidar mucho más, y por lo mismo ya no había tanto desastre en las horas picos, siento que imponían más seguridad”, comentó.

Para ella, el operativo de los agentes federales significó que el Metro operara con mayor orden.

“Por algo los quitaron, pero la verdad ya nos habíamos acostumbrado a que estuvieran aquí, en realidad nunca hemos tenido problemas de robos o inseguridad tan graves, pero con la Guardia Nacional se veía más orden”, aseguró.

De acuerdo con personal del Metro, desde el lunes comenzó a ser notoria la reducción en el número de efectivos de la Guardia que vigilaban las instalaciones del sistema.

Los ‘resultados’

La Guardia Nacional (GN) suma casi tres meses resguardando el Metro.

EL DESPLIEGUE

– El 12 de enero, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, informa que 6 mil 60 elementos de la Guardia serían destinados a labores de vigilancia en el Metro.

– La medida buscaba prevenir eventos a los que la Mandataria denominó fuera de lo normal, entre los que se encontraban fallas mecánicas en los convoyes.

– Días antes, el 7 de enero, dos trenes de la Línea 3 habían chocado en el tramo de Potrero a La Raza, lo que provocó la muerte de una joven.

LOS HECHOS

– En las primeras 48 horas de operación de la GN en el Metro, las autoridades registraron al menos cuatro eventos a los que colocaron bajo la categoría de fuera de norma.

– Entre estos, estaba el corte de un cable, en la interestación de Potrero a La Raza, de la Línea 3; el daño de una caja de cerrojos en la Línea 12, y la caída a vías de una lata de cerveza en la estación Santa Anita de la Línea 8.

– Adicionalmente, contabilizaron las aspas de lavadora que se le cayeron accidentalmente a una usuaria en la estación Centro Médico, hecho por el que se le detuvo y se le trasladó a Santa Martha Acatitla. Fueron necesarias dos semanas para que la Fiscalía desistiera de la acusación.

– El 15 de enero, dos vagones de un convoy se desacoplaron en la estación Polanco de la Línea 7.

– La Fiscalía General de Justicia sumó siete carpetas de investigación abiertas por estos hechos, tras los cuales, aseguró la dependencia, había actos dolosos.

– En febrero, el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, indicó que se habían realizado detenciones relacionadas con una célula delictiva vinculada al robo de cable.