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Medio: debate.com.mx

Especialista:  Dra. Bertha Fortoul/ Dra. Lourdes López / FHyCS

 Tema: “Educación a distancia amplía la brecha entre escuela pública y privada en México”

  • La modalidad tomada por el Gobierno de México ante el Covid-19 ya no se puede sostener de la misma manera y se deben buscar mecanismos de interacción.

México.- La modalidad de educación a distancia implementada por la Secretaría de Educación Pública, con motivo de la pandemia de SARS-CoV-2, ha demostrado a casi un año que da resultados desiguales en un panorama de diversidad pluricultural y pluriétnica, de pobreza económica y rezago tecnológico.

Lo anterior, de acuerdo con las especialistas en pedagogía, educación y ciencias sociales, Bertha Fortou y Lourdes López Pérez, entrevistadas por esta casa editorial.

Para ambas, es necesario desarrollar estrategias que fortalezcan la interacción entre alumnos y maestros porque, de otra forma, el avance generacional del conocimiento mexicano implicará un importante retraso diferenciado, afectando a los más vulnerables.En la base de la desigualdad

Bertha Fortou, pedagoga y doctora en educación, mencionó para Debate que el sistema educativo mexicano conoce y sabe de la diversidad pluricultural y pluriétnica, por esta razón, dijo que cuando el Gobierno toma la decisión de implementar la educación a distancia frente al Covid-19, ya se sabía que era muy difícil de operar como un plan nacional para todos.

De acuerdo con la experta, esta salida nacional, en general, afecta mucho más a la población mayormente vulnerable.

Abundó que en la educación a distancia los programas que se ofrecen son nacionales y salen, además, con programas en los cuales la presencia y el compromiso del magisterio fue un punto dejado muy de lado.”Había un recurso muy importante que no fue potencializado, que es el magisterio. Si bien es cierto que los programas están hechos por maestros, ese es un hecho, los maestros que tenían a cargo las escuelas son maestros que se les dejó “si se quieren juntar, júntense; y si no, no se junten”. Y hay muchas escuelas, aun en una ciudad como el DF, que sí tiene bastante conectividad, donde los niños se reúnen con sus maestros 20 minutos, media hora a la semana”, comentó.

La académica agregó que se ha continuado durante casi un año con una educación basada centralmente en la televisión, con el famoso Aprende en Casa y, en algunos casos, con ciertas interacciones entre los maestros y los alumnos;mismas interacciones que, dijo, parten de la buena voluntad, los medios, los dispositivos, centralmente del maestro y menos de los alumnos.Bertha Fortou comentó que ese panorama ha llevado a que quede tal vez más claro que lo educativo y los procesos de educación requieren de las interacciones, ya sean directas o mediadas, y que sin ellas, los procesos de aprendizaje, en un primer lugar, y los procesos formativos, posteriormente, no tienen grandes piezas o elementos donde anclarse.

Pensando en una revitalización de la educación por tiempos de Covid-19, la también académica de la Universidad La Salle destacó que se tendrían que buscar modelos que incluyan mucho más las interacciones entre las personas, además de los nexos entre docentes, autoridades, padres de familia y estudiantes.

Conectividad y acceso

Al inicio de la Jornada de Sana distancia que implementó el Gobierno de México en abril del 2020, por la pandemia de Covid-19, y que incluía las clases por internet, televisión y radio, algunas asociaciones civiles propusieron al Gobierno una reducción al costo de internet, así como apoyo en equipos de cómputo, mismos que la autoridad se comprometió a revisar. Sin embargo, a casi un año de las clases a distancia, ninguna de las dos opciones se ha manifestado en un plan nacional.

“Sí, se habló de esa opción. No llegó y nunca quedó claro por qué nunca llegó. Nunca llegó claro por qué esa no fue la opción tomada y por qué meses después seguimos teniendo el mismo esquema, cuando cada vez queda más claro que hay más alumnos desconectados”, apuntó Bertha Fortou.

En este contexto, compartió que impresiona la experiencia de El Salvador, ya que dijo que en dicho país se aumentó muchísimo la conectividad y se bajó el costo para que las familias pudieran tenerlo, igualmente para las clases a distancia, con la idea de que fuera mucho más equitativo.

“Yo sí creo que, a la larga, esa salida que tomó El Salvador como país va a ser una salida mucho más equitativa”.

Ante el panorama que visualiza la doctora en educación Bertha Fortou, México tendrá un rezago y, peor aún, será diferenciado.

Explicó, por ejemplo, que las escuelas del sector privado que han logrado seguir, van a tener un retraso menor; pero habrá niños en los que se tendrá que considerar al menos un año perdido. Agregó que lo anterior es muy preocupante en preescolares, primero y segundo de primaria, por lo que implica en la adquisición de la lectura y escritura y el cálculo mental básico, que está centrado en primero y segundo de primaria.

“Si los niños gozan de papás que saben más o menos leer, más o menos los están ayudando a leer como pueden, quieren y toda su buena voluntad, pero en los circuitos donde eso no existe o los papás trabajan todo el día, quién va a enseñar a esos niños a leer. Es un sector que me preocupa porque la tasa va a ser considerable”, apuntó.

De acuerdo con la SEP, 30 millones de niños y niñas han estudiado por la modalidad educación a distancia desde el inicio de la pandemia Covid-19; 22 millones de niñas y niños tienen la televisión como medio de aprendizaje, de estos, 8.5 millones lo hacen por televisión abierta y 7.5 millones por televisión de paga.

Mientras que 6 millones de usuarios lo hacen mediante estaciones de radio y televisión locales; asimismo, otros 7 millones lo hacen por internet y 1.5 millones adicionales estudian en cuadernos que se repartieron a través del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).

Brecha digital

Lourdes López Pérez, doctora en ciencias sociales, destacó en entrevista para Debate que antes de pandemia ya existía una brecha digital en las escuelas del país y esta brecha estaba presente en las escuelas públicas, muy a pesar de que los programas de los diferentes niveles educativos ya contemplan el desarrollo de las competencias para el uso de las tecnologías.

Detalló que las escuelas no tienen internet para que los niños y jóvenes puedan desarrollar estas competencias, generando una brecha entre escuelas públicas y privadas. Pero, además, dijo que, dentro de las escuelas públicas, las de tipo general normalmente se encuentran en mejores condiciones que las comunitarias o indígenas, que son las que se encuentran en el ámbito rural.

“Muchos niños se fueron a realizar actividades escolares sin tener las competencias tecnológicas para poder tomar clases vía remota, porque sus mismas escuelas no contaban con internet, pero, además, no solo es eso, sino que en sus mismos hogares tampoco tienen las condiciones”, apuntó.

Antes de la pandemia, Lourdes López Pérez explicó, de acuerdo con los datos del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (2018), en preescolar, a nivel nacional, 3 de cada 10 escuelas contaban con al menos una computadora.

En ese contexto, consideró que dentro de las mismas escuelas también existen grandes brechas, según el tipo de sostenimiento, sean públicas o privadas, porque en preescolar privado, 6 de cada 10 tenían computadora. Además, dijo que es casi imposible encontrar un preescolar público con computadora en zona comunitaria e indígena, y es ahí donde empiezan a ver las brechas tecnológicas.

En internet, agregó que a nivel nacional solo 4 de cada 10 escuelas cuentan con el servicio y pasa, además, que alrededor del 50 por ciento de los hogares en el país tienen computadora.

µ Sin condiciones

“La calidad de la educación no solamente se restringe al proceso o a la interacción del maestro y el alumno, la calidad de la educación es un concepto multidimensional que tiene muchas aristas, y una de ellas son las propias condiciones escolares. Cuando decimos que la educación es un derecho social y que hay un enfoque social, hay que mirar la educación desde la perspectiva de desigualdad social, que tiene que ver con estos datos que menciono”, explicó.

Ante estos puntos, cuestionó cómo se puede esperar que la estrategia que se está llevando a cabo para la educación de los estudiantes sea exitosa.

Lourdes López Pérez, doctora en ciencias sociales y académica en la Universidad La Salle, consideró que lo que se está viendo es que ya de por sí la mitad de los estudiantes no tenían condiciones en su propia escuela, y cuando se van a su casa tampoco tienen condiciones para que puedan llevar a cabo estos procesos, porque no tienen computadoras, no tienen internet, incluso, dijo, aunque la mayoría de los hogares tienen televisión, hay un porcentaje importante, alrededor del 10 por ciento, que no tiene televisión en el país, «vemos brechas tecnológicas en el hogar y en las escuelas».

Asimismo, consideró que una escuela que tiene malas condiciones escolares, en el sentido de poder operar los procesos educativos dentro del aula de clases, es una escuela que se ubica en localidades también que tienen grandes carencias.

Reflotar la educación

Para Bertha Fortou, pedagoga y doctora en educación, dentro de las alternativas importantes que deberían comenzar a hacerse para reflotar la educación en la era Covid-19 está involucrar al magisterio, es decir, un pacto entre SEP y maestros, de modo que haya mayor involucramiento del magisterio en interacciones con los alumnos de manera muy diversa.

“Creo que ahí es una parte central, otra parte es todo el lanzamiento de actividades de socialización de los niños”.

En este punto, comentó que la escuela cumple un rol importante en la socialización de niños y jóvenes, por lo que opinó que, cumpliendo con las medidas de seguridad, tan pronto se salga de zonas de peligro en las ciudades o el color rojo por el semáforo epidemiológico, y se entre al anaranjado o amarillo, se puedan lanzar espacios en los parques, en centros comerciales, en iglesias para todos los que son creyentes, en clubes deportivos, entre otros, con sana distancia.

“Creo que esto es otra medida relativamente fácil de echar a andar, ¿por qué? Porque los niños, jóvenes y adolescentes han tenido muy cortados sus espacios de socialización”, consideró.

Bertha Fortou, académica en la Universidad La Salle, consideró que otro elemento importante es el apoyo y el diálogo entre padres y maestros.

Expuso que se tienen muchas posibilidades de incentivar un diálogo mucho más respetuoso entre papás y maestros, que además es una gran falta, no desde la pandemia, sino de antes, aunque con la pandemia se recrudeció, según opinó.

“En ciertos sectores habría que pensar en un rediseño curricular. En niños que estaban en tercero de preescolar y en todo primero de primaria no tuvieron mayor apoyo, se podría pensar en un primero de primaria alternativo. No para todo el país, pero para algunas zonas del país, salidas curriculares alternativas”, propuso.

Para Fortou, si bien estas alternativas requieren recursos, consideró que no son más de lo que ya se está invirtiendo ahorita.

“Creo que no es un problema de que no haya recursos, sino una situación de haber buscado una determinada salida y seguirla sosteniendo a pesar de estar ya viendo los resultados de ellas”, concluyó.

Sin clases

México no tiene clases presenciales para sus más de 30 millones de estudiantes de educación básica y superior desde el 23 de marzo de 2020, cuando inició la llamada Jornada Nacional de Sana Distancia por la pandemia de Covid-19.

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