Medio: La Razón 

Especialista: Dr. Javier López 

Tema: EU congela intención bélica con Irán; dice estar listo para la paz

Donald Trump tuvo que pensar dos veces su respuesta a las agresiones con misiles iraníes del pasado martes. Al final, en un breve discurso, optó por no poner más leña a la ya ardiente hoguera de Medio Oriente, que lo podía llevar a la guerra en un año electoral.

La reacción estadounidense se limitará a las sanciones económicas contra un régimen que se resiste a negociar. No habrá guerra, al menos en el futuro inmediato, y por eso, el discurso del magnate fue elogiado por algunos como el mejor ejercicio diplomático que haya tenido en su administración, sólo horas después de ser criticado por “patear el avispero”, al asesinar a un alto mando del Ejército iraní, un héroe para la Revolución Islámica; sin embargo, las tensiones, que además involucran a todo Medio Oriente, a Europa y hasta Rusia, aún están lejos de resolverse.

Aunque Irán dejó claro que no quiere una guerra —sus actos de ayer no fueron “más que una bofetada” en venganza por el asesinato de su halcón—, sigue empeñado en deshacerse de la influencia estadounidense en la región, en la que también desea expandir su Revolución Islámica.

Trump subrayó que durante su presidencia no permitirá que Irán tenga armas nucleares, lo que sin duda llevará a más episodios de controversia bilateral.

Por si fuera poco, se enfrenta al hecho de que Irán retomó su programa de enriquecimiento de uranio, para alimentar reactores nucleares que lo llevarían al desarrollo de peligrosas armas, como una medida de presión para que las potencias le alivien las sanciones que lo tienen en riesgo de una crisis económica.

“En la declaración de Trump se lee que hay una salida, pero no se ve un compromiso de sentar las bases para una negociación con Irán”, dijo a La Razón Moisés Garduño, experto en asuntos internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Este episodio del conflicto se neutraliza”, agregó, “pero hay cosas que aún seguirán”, las sanciones económicas, el pacto nuclear y la persecución, por parte de Estados Unidos, de mandos de la Guardia Revolucionaria Islámica, que avanzan fuera de Irán, en una ola expansiva con grupos insurgentes de Medio Oriente, a quienes Washington ve como objetivos terroristas.

“Está pendiente el destino del pacto nuclear, la forma en la que Irán va a sobrevivir a las sanciones a la exportación de su petróleo y la reorganización geopolítica en Medio Oriente”, apuntó Garduño.

Al analista jurídico y político Javier López no le sorprendió la manera en que Donald Trump reaccionó a los ataques iraníes: “lo hizo de la misma manera en que lo hubiera hecho cualquier presidente de Estados Unidos, siempre teniendo en cuenta sus intereses económicos, que tienen que ver con el petróleo de Medio Oriente.

“Debió hacerlo con mucha cautela, puesto que no sólo se enfrenta a Irán, también se enfrenta a Rusia, que apoya a Teherán, no puede hacer lo mismo que hizo con Irak (2003, donde derrocó al régimen de Saddam Hussein, para imponer un gobierno afín), porque una intervención podría poner en riesgo el acceso estadounidense al crudo en la región”.

Para Javier López, las sanciones anunciadas por la Casa Blanca a Teherán obedecen al mero interés económico que tiene Estados Unidos y Occidente. Además, consideró, a pesar de que estas restricciones pegan a uno de sus principales motores, el petróleo, Irán no entra en la misma dinámica de globalización que conduce Estados Unidos para su desarrollo.

“Los países árabes no dependen de la economía norteamericana, finalmente Irán tiene otros aliados y, aunque con problemas, puede sobrevivir. Se burla de cualquier sanción, porque no está en el mismo carril capitalista estadounidense”, comentó.

En este punto coincidió Garduño, quien aseguró que la distancia que guarda Irán con Estados Unidos, en términos diplomáticos, no es la misma que tiene o que desea tener con las potencias europeas, en quienes aún ve una oportunidad para aliviarse de las sanciones de Washington.

“Irán todavía no sale del pacto nuclear (firmado con EU, que salió, y países de Europa, que permanecen). Irán quiere a Europa de su lado. De hecho sigue teniendo la supervisión con la agencia de energía atómica, su retirada parcial es reversible, el pacto aún puede salvarse”, explicó.

¿Quién gana? ¿Quién pierde? Los expertos consultados por La Razón respecto al reciente capítulo de tensiones compartieron también su evaluación sobre el saldo que los hechos recientes tuvieron para cada una de las partes del conflicto.

“El que consigue es el que gana. Irán consiguió que EU midiera mejor sus fuerzas hacia él. Creo que fue una forma de decirle

‘no te metas conmigo. Tú ya mataste a un general importante para mí y yo te ataqué en consecuencia, vamos a ver de qué cueros salen más correas’, y logró que Trump saliera con un discurso conciliador”, opinó López, de la Universidad La Salle.

Garduño, por otra parte, ve a Irak como el actor que, al estar en medio de dos Estados en conflicto, aparece como el gran perdedor. “El pueblo iraquí ha dado los muertos, el terreno donde ocurrieron los ataques”, dijo.

Sin contar con que la coyuntura internacional opacó a los movimientos de resistencia civil que se gestaron en los últimos meses, “con una lucha legítima” por cuestiones del gobierno que no les satisfacen, concluyó.