Medio: cuestione.com

Especialista: Dr. Felipe Gaytán Alcalá / FHyCS

Tema: “Niñas, niños y adolescentes, en riesgo económico y psicológico por confinamiento”

La COVID-19 nos obligó a guardarnos en casa para evitar contagios por el nuevo coronavirus. La cuarentena ya se extendió casi seis meses y algunas niñas, niños y adolescentes ya comienzan a mostrar afectaciones por la falta de socialización.

“El aislamiento social, la información excesiva, la ansiedad e histeria familiar y colectiva, tienen consecuencias en nuestra salud mental… Cuando hay un evento que pone en riesgo nuestra salud, el aparato psíquico entra en un desequilibrio emocional”, señaló Israel Cardona García, psicoterapeuta del Centro Interactivo de Capacitación Integral AC.

El artículo The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence, de la revista británica especializada en salud The Lancet, advierte efectos psicológicos severos al proceso de socialización con otras personas de su edad, como resultado de largos periodos de una cuarentena.
¿Cómo ha afectado el confinamiento a niñas, niños y adolescentes?

Si para los adultos es complicado, para niñas y niños lo es aún más, al estar en un contexto donde convives 24 horas con personas que las puedes querer mucho, pero… “no deja de ser un monólogo en la casa y no esa diversidad de voces en las que estaban acostumbrados a crecer, a moverse, a aprender”, dijo en entrevista el Dr. Felipe Gaytán Alcalá, investigador de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, de La Salle.

El especialista ubica daños tanto en aspectos psicológicos como sociales. El distanciamiento puede provocar en los menores un rezago en su crecimiento y desarrollar diversos trastornos, asegura.

“El encierro delimitó la movilidad de los menores. Esto les ha generado cuadros de ansiedad y estrés por no poder salir, por estar limitados y a veces no se les explica a estos niños el motivo, la razón del confinamiento, entienden que hay algo externo, una amenaza, pero no logran comprenderlo”, dijo.

Gaytán Alcalá nos comentó que en la parte social se presenta “un rompimiento de los procesos de socialización de los niños”. ¿Qué significa esto? “En la escuela salían con amigos, fomentaban relaciones afectivas, interactúan con maestros, con directores, con los de la cooperativa, con los comerciantes, situaciones que le ayudan a madurar su personalidad y su carácter”.

¿Qué más puede ocasionar en los menores?

“Suelen ser desconfiados, huraños, hasta padecer cierta misantropía, es decir, un rechazo a las relaciones sociales, precisamente por esta ruptura radical de la socialización”, respondió el investigador.

“El entorno familiar se ha vuelto complicado, independientemente que puedan tener una familia feliz o conflictiva, las niñas y los niños siempre estaban jugando diferentes roles… Ahora que están encerrados en casa, lo que provoca son tensiones”.

Para ayudar a evitar trastornos ante tiempos prolongados en aislamiento, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef México) ofrece consejos para que madres y padres contribuyan a mejorar el estado emocional de niñas, niños y adolescentes.

Y Save the Children ofrece tips enfocados a disminuir el enojo, frustración o estrés:

Respira profundamente e identifica sus emociones.
Evita frases que los limiten, como: “¿Por qué te pones así?”. “Ya, cálmate”.
Expresa tu comprensión “Entiendo que quieras ver a tus compañeros… yo también extraño salir y convivir”.
Motivarlos a encontrar otras formas de expresión.
Respeta sus necesidades. Muchas niñas y niños necesitan un abrazo o consuelo.

Los tips los ha reforzado con gráficos en que invita a manejar emociones y poner en práctica la resiliencia –capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas–.

¿Cómo afecta el inicio de clases desde casa?

Gaytán Alcalá advirtió de ciertas condiciones en este ciclo escolar Aprende en Casa II, con el que retomaron clases a través de la televisión 30 millones de estudiantes del Sistema Educativo Nacional.

“No es un regreso feliz a clases… El tema de interacción y el de estar frente a la pantalla y en un mismo espacio puede incrementar la ansiedad y el estrés.

El investigador de La Salle planteó que aunque los estudiantes están acostumbrados a la tecnología, muchos de ellos lo hacen en un ámbito lúdico, no en uno obligatorio y de aprendizaje formal.

“Para ellos es un shock en ese sentido; te hablo de los niños que tienen acceso a este tipo de gadgets y de recursos, pero también existe un amplio sector que no lo tienen y, si los hay, son compartidos… Esas condiciones no generan ninguna ilusión, por el contrario tendrán más estrés”.

Otra problemática que genera preocupación es que de los 30 millones de estudiantes contabilizados por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para el regreso a clases, dos millones de alumnos no lo harán.
¿Qué tan importante es el regreso a clases presencial?

“Por parte de los alumnos creo que es lo deseable porque esta parte de socialización tiene mucho sentido”, respondió Gaytán Alcalá.

La realidad es que desde el punto psicológico la educación a través de la televisión ofrecerá “un proceso de aprendizaje de contenidos, pero no se ven procesos de aprendizaje de socialización ni de construcción de un marco común de convivencia, porque es tan fría, no hay cercanía ni calidez”.

El especialista consideró que este proceso educativo se implementó partir de un ejercicio de ensayo error debido a que no se consideró el desarrollo de esquemas educativos a distancia
Hablando del impacto social y económico

Felipe Gaytán mencionó que el 10% de estudiantes de educación básica que desertaron, van a conformar “una masa de trabajadores informales con condiciones precarias, que no necesariamente aportan al crecimiento económico sino simplemente se mantienen por supervivencia”.

El escenario nada alentador podría generar en un corto plazo “condiciones que van a tener un impacto en términos de salud pública, porque son niños que en lugar de estar en la escuela van a trabajar y los riesgos laborales son muy altos”.

En el plan educativo se romperá con la meta de que los estudiantes alcancen el bachillerato.

“Para el año 2021 se había propuesto que alcanzaríamos los 14.9 años de escolaridad, es decir, que podíamos llegar al bachillerato obligatorio, pero con esto la perspectiva… es que bajemos a nueve o a ocho y esto impactará en términos económicos”, apuntó Gaytán.

En términos sociales, existen riesgos de un incremento en el embarazo en adolescentes, las adicciones, no solamente drogas, sino ludopatías; además de un aumento en este sector que se identifica como ninis.

¿Hasta qué grado la monotonía familiar causará afectaciones en niñas, niños y adolescentes durante la cuarentena?